5 Razones para planear un viaje a Polinesia Francesa
Cualquiera me diría pero aún me tienen que dar razones para ir a Polinesia?, con esas playas espectaculares y esos paisajes de ensueño, seguro que no. Pero yo doy las razones para planear un viaje a Polinesia Francesa que no necesariamente se ven en los catálogos.
1. El Patrimonio Histórico
Sí, seguro me dirán que no van a un lugar de playa a ver patrimonio histórico, ni museos de arte. Pero atención, en Polinesia hay que abrir bien los ojos, porque el patrimonio no se va a necesariamente encontrar en los pasillos de una gran museo.
La cultura polinesia existe desde hace siglos, y a pesar de haber quizá perdido un poco cuando llegaron los europeos al lugar, su amor por sus raíces y costumbres a hecho que muchos lugares sigan conservados y protegidos.
Los Maraes que son sitios sagrados en la cultura Maori, deben ser los primeros lugares a visitar, y encontrarán al menos uno en cada isla. Se debe absolutamente entender su significado para aprehender esta cultura del pacífico y sus orígenes.
Estos sitios de culto son muchas veces el origen de las poblaciones en otras islas del pacífico. Trazar la jerarquía de cada uno de ellos explicará muchas veces el tamaño e importancia de cada isla.
De hecho, se dice que el Marae de Raiatea, que además es Patrimonio Mundial de La Unesco, es el origen de todos los otros Maraes en el pacífico. Según cuenta la leyenda, de allí se tomaron cada una de las piedras que fundaron todos los otros sitios sagrados.
Así mismo, muchos lugares naturales, como grutas, cascadas o valles tendrán una historia y un significado en la cultura de la polinesia francesa, que sería interesante conocer, para entender la energía que estos sitios transmiten. Más adelante, hablo de esto de la energía propia del lugar.
2. El arte de la Polinesia à través de la danza
En primer lugar, lo más evidente; las danzas tradicionales que cuentan una historia y su relación con el ambiente y las personas. Las danzas tradicionales en Polinesia no son un elemento netamente turístico, no están hechas para divertir al turista, estaban allí, de siempre, y el turista se convirtió en expectador fortuito.
Todos bailan, toda la comunidad participa en las danzas de alguna forma, todos hacen algo, es el caso de lo que se ve a gran escala en el festival más grande: el Heiva, organizado cada año durante un mes entre Junio y Julio. Desde el que fabrica los ornamentos, los trajes naturales, la comida para los que bailan, hasta el que cuida los niños de los participantes. Cabe destacar que los grupos de danza, son comunidades enteras y no bailarines profesionales.
Solo aquellos que se presentan en la categoría individual son muchas veces profesionales dedicados a la danza pero no es algo obligatorio.
Existen diferentes tipos de danzas en Polinesia, y son fáciles a distinguir. Esta la danza fuerte y viril de las Marquisas y la danza más delicada de Tahiti. Dentro de la danza tahitiana se distinguen 4:
3. El arte de la Polinesia a través del trabajo artesanal
En cada isla seguro encontrarán algo específico en lo que se han especializado. En Moorea son las piñas y sus derivados, en Tahaa la vainilla, las perlas las encontrarán en varios islas pero su zenit se encuentra en el archipiélago de las Tuamotu. El hecho es que hay mucho que descubrir en trabajo artesanal.
Sin duda, el cultivo de perlas es el trabajo artesanal más importante de la Polinesia. La elaboración de joyas a partir de éstas se ha vuelto una industria local importante. Y encontrarán cosas hermosísimas, inclusive a precios muy accesibles si evitan los grandes productores y se dirigen a los pequeños artesanos.
El trabajo de la madera, del coco, es otra cosa que verán frecuentemente, proviene esencialmente de las Islas Marquisas. Generalmente encontrarán las figuras que son importantes localmente: los tikis, los animales sagrados (tiburones, rayas, tortugas…). Igualmente elementos tallados que cuentan o historias o representan divinidades.
El pareo, no ese que viene de Indonesia, sino el que hacen de verdad en la isla. Muchas veces es una actividad de fabricación propuesta a los turistas, para que se hagan su propio pareo. Algunos explican como pintar las telas desde la elaboración de los tintes de manera tradicional con elementos que se encuentran en la naturaleza.
El monoi, omnipresente, es la especialidad de las islas, nacio de la unión entra la flor de tiaré y el coco. Esta flor esta en todos lados, y la recibiran frecuentemente como regalo al llegar a alguna parte. El olor único de esta flor lograron atraparlo en un macerado de coco para obtener lo que hoy conocemos como el aceite de Monoi.
Y seguramente se me escapan un montón de cosas más.
4. El Maná. El elemento principal de un viaje a Polinesia Francesa
Algo difícil de explicar, y que solo si se llega a Polinesia con los ojos y el corazón bien abierto, lograrán sentirlo. Va a ser esa sensación que hará ese lugar único, y que los invitará a revivir una y otra vez este viaje en sus mentes, y solo desearán retornar para volver a sentirlo.
El mana será siempre una palabra extraña para quien no ha visitado Tahiti, y los más ‘impuros’ pensarán que es un concepto de marketing para atraer turistas. Justamente es todo lo contrario. Se considera un poder espiritual , irracional y excepcional, y está muy anclado en la cultura local.
El mana es la fuerza de la Polinesia, es la energía que emana de la naturaleza, de la gente, de los animales, la calidad del alma del lugar. Es lo que te hace más fuerte, más calmado. Solo si visitan estas islas podran sentir esa energía sagrada y entenderla. Describirla con palabras es difícil.
Esa energía que te desconecta de lo que consideras diariamente importante y te conecta de manera inusual con la naturaleza y sus ritmos, sus colores, sus fragancias. El Mana puede ser objeto, como puede ser un verbo que distingue algo, se puede haber mana, o dar mana. Es algo concreto pero etéreo a la vez. Representa tantas nociones que para un viajero inadvertido no son fáciles de entender ni de captar.
Al estar en algunas de las islas de la polinesia y contemplar tranquilamente sus paisajes, entren plenamente en la sonrisa sincera de su gente, y sentirán esa vibracion. Vayan mas allá, la Polinesia no es el clásico destino de playa para tomar cócteles en un open bar festivo durante toda la noche, si ese es el objetivo, se equivocarán de lugar y no les gustará. La Polinesia es un lugar donde es posible conectar de nuevo con la naturaleza, que te hará vivir y adaptarte al ritmo que solo ella impone.
5. La naturaleza imponente
Sería absurdo dejar de lado una de las principales razones para planear un viaje a Polinesia Francesa: su naturaleza imponente. No solo los colores increíbles de sus aguas cristalinas. Quedarán tanto o más sorprendidos por sus montañas y la profusión de flores que crecen en cualquier rincón y sin esfuerzo alguno.
La naturaleza que se expresa igualmente en una diversidad marina impresionante. Es un lugar donde se pueden ver y compartir con peces y especies marinas que en otras partes son difíciles de ver.
Con aguas de extraordinaria visibilidad que son un paraíso para el snorkeling y el buceo ñás profesional, las islas del archipiélago de las Tuamotu son un destino excepcional para estas actividades. Pero las demás islas no decepcionarán jamás.
Al viajar a Polinesia Francesa, siempre recuerden de conservar este paraíso y dejarlo igual o mejor de como lo encontraron. Por ello:
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