Las postales no dan los suficientes créditos a este paraíso, la polinesia francesa es hermosa, y su Isla Bora Bora es su ícono, y con toda razón, este lugar es un auténtico paraiso, un conjunto de colores, tradiciones y emociones que no hemos visto ni sentido en ningún otro lugar del mundo. Realmente este lugar es único!

27 de Noviembre de 2015 : Hoy se toca el cielo…vamos a la Isla Bora Bora!

Antes de hacer este viaje vimos infinidad de fotos y de vídeos de la Polinesia Francesa. Pero estar aquí es otra cosa, ninguna cámara puede captarlo, ninguna imagen da justicia a este lugar. Eso es lo que sucede al 100% con la Isla Bora Bora. Todo el mundo que la ha conocido te dice que es bellísima, las fotos te lo confirman, pero verla de verdad, estar allí es totalmente aparte, hay que vivirlo para entederlo. Y hoy seria nuestro momento!!

Hoy nos levantamos temprano como habitualmente, nuestra mañana transcurre como la anterior. Lo bueno de levantarse temprano es que el día lo disfrutas al máximo. Antes de hacer nuestro check-out a las 11h, tenemos tiempo de comer, darle de comer a nuestro amigos los peces, y hacer snorkel(mucho mejor siempre hacerlo en la mañana cuando el agua es más cristalina y calmada). La emoción comienza a invadirnos, al mismo tiempo tenemos un cierto temor de no poder disfrutar al máximo de Bora Bora porque la previsión del tiempo no es muy optimista. Pero nos cargamos de positivismo y decimos que la disfrutaremos así sea bajo la lluvia. La previsión ha ido cambiando y pensamos que con un poco de suerte tendremos buen tiempo.

La mejor manera para seguir el tiempo bastante cambiante de la Polinesia francesa es el website de meteoblue. Está en francés pero los dibujitos se harán entender por si solos.

A las 11h estamos en el lobby listos para que nos trasladen al aeropuerto. Vienen por nosotros y en poco tiempo estamos en el aeropuerto. Chequeo, registro de maletas y demás se pasa en poco minutos. Nos queda tiempo para consumir y el aeropuerto es minúsculo, no hay mucho que hacer salvo esperar con paciencia. Hay dos negocios de souvenirs y nada más. No queremos alejarnos mucho de la puerta de embarco porque queremos absolutamente tomar los asientos a la izquierda, como hemos leído en todos lados, para poder admirar al completo toda la isla Bora Bora cuando nos acerquemos para aterrizar.

Despegamos y salvo que a uno u otro momento logramos divisar alguna isla. El cielo está realmente cubierto. Sin embargo cuando nos indican de prepararnos porque nos acercamos a la Isla Bora Bora, el cielo se despeja un poco y en cuanto el avión gira hacia la derecha, allí la vemos a nuestra izquierda, como un sueño, el relieve central, el lagoon, los diferentes colores, los bungalows overwater. Nos parece soñar, filmamos, haces fotos, todo a la vez.

Después de una mañana soleada, el tiempo empieza a cubrirse. En ese momento llega el avión que descargará pasajeros y que nosotros tomaremos para ir a Bora Bora. Sin problemas nos ubicamos en nuestros asientos a la izquierda. Esperamos poder ver algo, el tiempo esta cada vez más nublado.

Aterrizamos, y muero por ver el lagoon de cerca. El tiempo no es para hacer fiesta pero tiene sus claros, de todas maneras me da igual…. estamos en Bora Bora!!!. Hay mucho viento y eso es buena señal para que se vayan las nubes. A pesar del viento que nos desconcentra en nuestro desembarco, divisamos el lagoon al fondo y el color del agua es alucinante.

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Quiero disfrutar de cada segundo. Aquí el aeropuerto se encuentra en un motu y cada hotel organiza su traslado en barco. Para los que se quedan en la isla principal, hay un barco que está incluido con la compra del billete de avión.

Nos dirigimos al stand de nuestro hotel y un chico nos coloca nuestros collares de flores y nos da una botella de agua. Nos indican que recuperemos nuestras maletas, se las entreguemos al personal del hotel, y luego busquemos el muelle donde esta nuestro barco. Hay un poco de confusión entre todo los barcos de los diferentes hoteles.

Ya entregamos nuestras maletas y vamos a buscar nuestro barco. Yo solo espero que sea bonito. El del Four Season es una pasada. En el muelle del fondo está el nuestro; nada mal, nada mal, muy bonito. Estamos con un grupo de seis folclóricos escandalosos que nos siguen desde el lobby en Moorea y una pareja que parecen recién casados.

Partimos, uuuuff que emoción!!… una lástima que el tope del monte Otemanu está cubierto por las nubes. Me digo que él se quiere desvelar más tarde y se hace el interesante. Vamos disfrutando ya los colores del agua a pesar del tiempo cubierto. El agua es tan impresionante que aún con el tiempo cubierto da colores indescriptibles, la luminosidad es extraña. A veces da la impresión de navegar en una piscina.

Pasamos por el Four Season Bora Bora y luego el St Regis, nosotros nos quedaremos en el Meridien Bora Bora que esta justo al lado del St Regis. Al llegar al hotel nos esperan con música del ukulele. Una persona se encarga de cada grupo o pareja. La chica que nos recibe a nosotros dos hasta se disculpa por el mal tiempo y nos dice que no nos preocupemos que cambia muy rápido, que esperemos se arregle…nosotros también esperamos lo mismo. Nos llevan a una zona de recepción, donde nos entregan un cóctel y nos dan la ficha para llenar con nuestros datos. Nos dicen que esperemos un poco y al cabo de unos minutos llega alguien que nos da nuestra llave y que pide de seguirla. A todas estas no tenemos nuestras maletas, desde el aeropuerto no las vemos.

Caminamos hacia nuestro bungalow, esta noche dormiremos en un bungalow playa y mañana pasamos a un overwater. Camino al bungalow vamos admirando el lugar, todo es lindisimo. Llegamos a nuestro bungalow y ya las maletas nos esperan dentro, el bungalow es lindísimo y grande, más grande de lo que lo imaginaba a partir de las fotos. Nuestro bungalow está en un extremo, y a través del vidrio sobre la cama vemos una parte de la laguna. Exploramos un poco fuera del bungalow y decidimos de ir a caminar un poco y conocer el hotel. El tiempo nublado sobre las aguas turquesas y las arenas blancas dan un ambiente de claridad surreal, me siento como en un sueño o como en una representación del cielo.

De regreso al bungalow, decidimos de instalarnos en la terraza para picar alguna cosa (siempre de nuestra maleta que parece un supermercado) el hambre comienza a sentirse. Desde la terraza se ve una playa privada y el monte Otemanu. Cuando salgo como en un momento mágico y como si me hubiese esperado, el monte está descubierto, lo estoy viendo por la primera vez, no me lo creo. Momento perfecto para disfrutar del regalo del hotel, tenemos como regalo una botella de champaña, un t-shirt y un pareo para mi, super bonito.

Esta noche cenaremos en el restaurant principal del hotel, Le Tipanier. Al final no será nada espectacular, será nuestra única vez en ese restaurant. Es posible ir a la isla principal pero dado que el hotel está en un motu, se necesitan alrededor de 30 minutos para solo ir. El viaje no es gratuito y cuesta unos 22€ por persona, ida y vuelta. Se debe calcular que a la cena hay que agregarle ya este monto. Es posible comer en el hotel St Regis que es de la misma cadena, el traslado es gratuito, pero se debe reservar con bastante antelación porque algunos restaurantes son pequeños y el St Regis es bastante grande. En la época en la que fuimos no es necesario reservar en el Meridien para algunos restaurantes, pero creo que si lo exigen en temporada alta. Los precios en el St Regis son ligeramente más elevados que en le Meridien Bora Bora, pero visto que el barco es gratuito, nos parece que al final la cuenta da.  No se puede ir a la Polinesia Francesa pensando en los precios de los platos y comparándolos con los precios en Europa o en cualquier otro lugar. La polinesia está totalmente aislada y la mayor parte de las cosas las importan, y nada pero nada está cerca, salvo la Nueva Zelanda y ésta ya se encuentra a 5 horas en avión. Por otra parte, los platos son bastante copiosos, lo que permite tomar un solo plato si se quiere limitar el gasto sin pasar hambre.

Luego de la cena y de caminar de noche por el complejo, regresamos a nuestro bungalow. Honestamente, todo es fantastico y tal como lo imaginabamos. Dormiremos como bebés queridos!!

28 de Noviembre de 2015 : Amanecer en Bora Bora…nuestra primera experiencia en Overwater!

Esta mañana nos ha regalado un mejor tiempo. No me canso se ver el Otemanu, varia con la hora, con la luz, tiene tantas facetas que te pide que lo veas todo el tiempo. Apenas despierta me voy a la terraza, el tiempo es fantástico, me siento a admirar el paisaje y a conservar el momento.

Vista sobre el monte Otemanu
Vista sobre el monte Otemanu

Cuando mi esposo se despierta, se sienta un rato conmigo a hacer los mismo, a contemplar la vista. Luego vamos a vestirnos y nos dirigimos a la sala del desayuno. Aún no son las 6h30, la hora a la cual lo sirven, pero nos dejan sentarnos. Hay unas sillas cerca de los vidrios que dan hacia la piscina que están decoradas con flores, no dudo en instalarnos en una de estas mesas. Me pareció tan especial. Leímos mucho sobre el escaso o mal servicio en Polinesia Francesa, la verdad siempre tuvimos un servicio muy bueno, y nos escucharon más que en cualquier hotel que hayamos conocido. El secreto?, tratar de decir algunas cosillas en francés para quienes no lo hablan e interesarse por la persona que te está sirviendo. 

Damos vueltas por el buffet para ver que hay, es enorme y muy variado. Me voy decidiendo. También hay una zona de comidas calientes. En fin, un desayuno de reyes. Al fondo la música tradicional de la polinesia francesa hace el momento perfecto y relajante. Podemos ya empezar a servirnos y disfrutamos con gran placer nuestro desayuno. Esperando aprovecho de hablar con la señora de las pancakes, me cuenta que ha llovido poquísimo en la isla, y que la vegetación comienza a sufrir, que esperan que llueva pronto. El año pronostica menos lluvias de lo normal por el fenómeno del Niño, y luego probablemente un ciclón al que muchas ya se preparaban. Cuando hablas con la gente local te das cuenta de como viven al ritmo de la naturaleza y que cualquier cambio de clima los afecta mucho más que a nosotros en un gran continente.

Hoy cambiaremos de habitación e iremos a un bungalow overwater, nos preguntamos cuál nos tocará, y como será dormir sobre el agua. Organizamos que disfrutaremos de la playa privada de nuestra habitación hasta la hora de check-out del bungalow playa y luego iremos a la sesión de alimentación de las tortugas marinas. Este hotel tiene una clínica de tortugas y es una de las razones por la cual lo escogimos.

El centro te permite alimentar las tortugas que están en tratamiento. Las hay un poco de todos los tamaños. Hay alrededor de unas quince en la clínica y un par en el estanque con los peces. Allí las preparan antes de liberarlas en el océano.

Después de las tortugas vamos a la recepción para informarnos sobre nuestro cambio de bungalow. Esperamos un poco y finalmente nos dan la llave. Nos conducen en un carrito de golf hasta el bungalow y nos lo muestran. De primeras no es como el bungalow de playa, honestamente el primero era diez veces mejor. Cuando vemos todos los detalles hay cosas que no van, y decidimos ir a la recepción. Esperamos un momento y un responsable viene a hablar con nosotros, se ausenta de nuevo y dice que tiene una solución, que nos mostrará otro bungalow y verá si nos conviene. Está en la otra ala, cuando entramos ya está mucho pero mucho mejor que el otro, y la cereza sobre la torta la encontraremos en la terraza, podemos ver el Otemanu, fantástico.

Mientras preparaban nuestro nuevo bungalow el responsable nos invitó a los dos a disfrutar de un cóctel en el bar. Como decía, no podemos para nada quejarnos del servicio, siempre han buscado de satisfacernos y resolver cualquier problema que exponemos, fue así en Moorea y en Bora Bora la misma cosa. Claro siempre reclamamos todo muy calmada y educadamente, y encontramos respuesta satisfactoria a nuestras peticiones. Pensamos que el hecho de viajar en temporada baja es una ventaja, porque los hoteles no están llenos y permiten los cambios de habitación. Si el hotel hubiese estado lleno probablemente que las posibilidades de cambio estarían reducidas.

Esta noche nuestra cena es en el Restaurant St James en la isla principal. La reservación la arreglamos con la conserjería del hotel. Reservamos el barco para la isla principal igualmente. El restaurant se encarga de recogerte en el muelle y de llevarte de regreso. Cuando llegas al muelle ya todos los transportes de los restaurantes están esperando por los clientes que reservaron.

Durante la noche, por fortuna cuando ya estabamos instalados para dormir, se desató una especie de tormenta, llegó la lluvia tan esperada. Y acompañada de mucho viento. Creo que probamos la resistencia del overwater :). Se siente que se mueve un poco con las olas fuertes y el viento, pero muy ligeramente, nos explicaron que están hechos para que no opongan dura resistencia a este movimiento, y era probable sentir un ligero movimiento. Pero tampoco es que te sientes que vas en un barco como escribían algunos turistas en opiniones en tripadvisor.

Justo antes de que empezara a llover vimos unos peces enormes bajo el overwater. Pensamos que no veríamos nada y allí estaban bajo nuestros pies.

29 de Noviembre de 2015 : Far niente en nuestro Overwater!!

El tiempo se pone de nuestro lado, hoy debía haber mal tiempo todo el dia, y ha amanecido muy bien. Hay viento, pero preferimos el viento a la lluvia. Y siempre que hay viento es augurio de cielo despejado. Ademas el viento es cálido, no fastidia para bañarse, y aquí el agua siempre está a temperatura ideal.

Nos pasamos el dia a disfrutar de nuestra terraza en el overwater y de las cálidas aguas que nos rodean. Fuimos también a hacer snorkel en la laguna central, y a jugar petanque.

Abrimos una buena botella de vino de las que viajaron con nosotros y un paté de pato. Buen momento de degustación frente a los colores maravillosos de Bora Bora. Los bungalows del Meridien Bora Bora tienen estación de Ipod, lo sabíamos y habíamos traído música para adornar estos momentos especiales. Una vez más la televisión estaba solo de adorno y ni queríamos enterarnos que el resto del mundo existía.

Hoy es domingo y estos días el hotel organiza una barbacoa en el restaurant de la playa. Decidimos de reservar para la cena y resultó ser una buena idea. Se come en un restaurant con los pies en la arena y que te permite de disfrutar del paisaje. Dos musicos animan la cena con música tradicional, sencillamente genial.

De regreso al overwater hay actividad bajo nuestros pies, de nuevo los peces enormes estan allí, nosotros les llamamos los atunes porque se les asemejan. Estos peces los vimos temprano por la mañana y son de un azul eléctrico espectacular. Nos damos cuenta que viene bajo el overwater a comer, porque las columnas están llenas de corales que albergan pequeños peces. Luego vemos pasar un par de rayas. Nos decimos que esta noche hay movimiento bajo el overwater.

30 de Noviembre de 2015 : Un día inolvidable de snorkeling en Bora Bora

Hoy tenemos una excursión que dura todo el día. En teoría es la misma que hicimos en Moorea pero realmente no tenemos ni idea de lo que nos esperaba: una jornada inolvidable llena de emociones. El tiempo está de nuestra parte, el día amaneció soleado y despejado.

Tenemos la excursion con Raanui Tours, debían haber llegado a las 8h30 y van llegando todos los botes por sus clientes salvo el famoso Raanui tours. Tratamos de llamar desde el muelle a la concerjería para que se informe con ellos si nos han olvidado. No logramos hablar con la concerjería y esperamos algo mas. Alguien de la recepción llega al muelle y viene hacia nosotros para decirnos que nuestro guía tiene retardo porque el dueño tuvo un problema con el barco, y que llegará como en 20 minutos. Contar que el tiempo en polinesia es algo relativo. Al final llega como 40 minutos luego. Ese retardo nos permitió llegar a cada lugar siempre después de las barcas de otros organizadores y así disfrutar solos de cada lugar.

Llega al final nuestro barco, somos solo 6, una pareja de chinos muy simpáticos (dentro de lo que pudimos lograr comunicar con ellos) y otra pareja a la que nunca le escuchamos la voz y que fueron siempre a lo suyo. El barco partió del lado izquierdo del hotel, pasando delante del intercontinental spa, pasamos por Matira Beach y nos dirigimos al Jardin de Coral, un lugar genial. Me hubiese gustado estar más tiempo allí. Podría utilizar todos los adjetivos para describir esta experiencia, espectacular, colorida, sensacional, pero todo se quedaría corto con la sensación que se tiene al meter la cabeza allí y ver como si estuvieras  en un acuario gigantesco, o en un documental de la naturaleza marina.

Hay una excursion que no tomamos y que teníamos entre las opciones iniciales, y que haremos una próxima vez. Se llama Pure Snorkeling y te llevan a todos los spots de snorkeling de Bora Bora, luego de ver el jardin de coral, pensamos que se debe absolutamente hacer snorkel en esta isla.

Estas excursiones son buenas tomarlas con las comidas. Son súper buenas y copiosas, y te ahorran de comer ese día en uno de los carísimos restaurantes de la polinesia francesa. Además que nada como comer en la playa y bien casero.

Después del jardin de coral fuimos a la barrera para ver los tiburones y las rayas. Antes dimos varias vueltas en el Lagoon de Bora Bora en una parte donde el azul es super profundo, este lagoon debe serm sin duda alguna, uno de los más bellos de la Polinesia Francesa. No entendíamos por qué dabamos vueltas, le preguntamos a Leo, el guía, y nos respondió que buscaba un tiburón blanco que habían visto hace unos días…uuhm ok!!… nunca lo encontramos. La parte donde nos encontrábamos estaba muy cerca de una entrada del océano en el Lagoon, probablemente por ello se encuentran por ahí.

Llegamos a la barrera y ya las barcas estaban de regreso, disfrutamos de los tiburones y rayas nosotros solos. Aquí no es como en Moorea que nadas con ellos, y aparte la corriente es bastante fuerte. Debes estar detrás de una cuerda mientras el guía les da de comer. Es para proteger el coral y evitar que todo el mundo toque y pise donde no debe. Imaginamos que hay un tema de seguridad también, no sea que un tiburón se equivoque y en la comida piense que un dedito turista es un pedazo de pulpo.

Después de los tiburones de Lagoon, vino la experiencia más especial que hemos tenido en la Polinesia francesa, nadar fuera de la barrera de coral, con tiburones limon. Justo detrás de la barrera la profundidad aumenta drásticamente, pero las aguas siguen siendo extremadamente cristalinas, lo que permite una visibilidad excepcional. El azul es único, solo lo hemos visto en el pacífico. Cuando te zambulles una marea de peces negros con una linea azul eléctrico te rodea y en el fondo lejano, como a quizás unos 10 metros, vez a unos tiburones enormes nadar tranquilamente. La emoción te invade ante aquel espectáculo. Poco a poco los tiburones empiezan a subir porque los guías les dan de comer, y te pasan a pocos centímetros bajos los pies. Allí me dió algo de miedo. Traté de mantener la calma, no fuese que un movimiento brusco les cayera mal.

En ese momento vez los guías que disfrutan esa relación estrecha con el mar y el trabajo que hacen, nadan con una facilidad extrema, y conocen cada movimiento de los animales. Se acercan a ellos con tanta confianza, los tocan y te dicen como tocarlos. Todo es posible.

Luego de esta experiencia fantástica fuera de la barrera de coral, nos han llevado a un pequeño motu para la comida. La pareja que nunca habla con los demas, no se quedara a comer. Han tomado lo que llaman el tour de medio dia que no incluye la comida. Nosotros y los chinos tenemos el full day. La comida es una pasada, pescado y carne a la parrilla, ensalada, arroz. Piñas para el postre. Todo muy fresco y en cantidades colosales. Yo no he llegado a comerme toda la carne. La bebida también esta incluida, jugos, cerveza y agua. Después de la comida puedes dar una vuelta al motu, disfrutar de la arena blanquisima. Esta pequeña isla es un pequeño paraiso.

Después de este dia super agitado, nos regresan a nuestro hotel, llegamos del otro lado. Hoy le hemos dado la vuelta completa al Lagoon. De regreso a nuestro bungalow, todavia nos quedan ganas de un chapuzon, y es que el dia es perfecto y el agua esta calmada y de un color extraordinario. Luego, una pausa en nuestra terraza nos permite de hacer un balance del dia, y enviar fotos a nuestras familias.

Esta noche cenaremos en el restaurant Lagoon del St Regis, lo habiamos reservado el dia anterior. Quisimos comer en el restaurant japonés el dia anterior pero ya estaba lleno. El Lagoon es un restaurant perfecto para nuestra ultima noche en Bora Bora. El restaurant por si solo es un espectáculo, gran parte del suelo es en vidrio, y está sobre un Lagoonarium, se pueden ver nadar peces y tiburones mientras comes.  Recomendamos ir más temprano de las 6 porque ver el atardecer desde el restaurant es realmente hermoso. El presupuesto es algo elevado, contar al menos 150€ para una cena para dos, pero la calidad y el servicio son excelentes.  Quisimos darnos este regalo para despedir Bora Bora y fué un acierto. También es famoso el Villa Mahana, pero contamos que debiamos agregarle los 50€ del barco, y preferimos usar esa cantidad durante la cena. Pero como siempre digo, es cuestión de gustos, y de bolsillo!!

1ero de Diciembre de 2015 : Hoy le decimos hasta pronto a Bora Bora y regresamos a Tahíti

Nuestro avión de regreso a Tahiti es a las 17h00 tenemos aún tiempo de sobra para disfrutar de Bora Bora antes de regresar a Tahiti. Estos últimos 10 días han sido intensos.

Nos despertamos como siempre muy temprano, hoy más temprano que de costumbre, quizá inconscientemente queremos disfrutar aún más del dia. Tengo el tiempo de ir a la terraza y ver el amanecer. Aprovecho de hacer algunas fotos y veo como la luz que se refleja sobre los bungalows va cambiando. Esta hora es perfecta para hacer fotos. Mi esposo se une a mi en la terraza y disfrutamos de esos momentos únicos.

Después del desayuno regresamos al bungalow, queremos disfrutar del agua desde nuestra terraza. En ese momento vemos una pirogue que se acerca, era el desayuno para uno de los bungalows, nos damos cuenta que queríamos tomar el desayuno así y se nos había olvidado totalmente. Se debe pagar un pequeño adicional para que te traigan el desayuno así, pero puede ser una bonita experiencia, sobretodo si estas de luna de miel.

Tenemos el check-out a las 11h00, no debemos ocuparnos de las maletas, todo lo hace el hotel. Las conservan en un deposito, y se cuenta con una zona donde puedes cambiarte y hacerte una ducha por si quieres aún disfrutar de la playa. Eso fue lo que hicimos, hicimos el check-out, fuimos a la tienda de souvenirs y luego a la playa. Disfrutamos al máximo hasta la hora de tomar el barco para ir al aeropuerto. Cuando esperábamos por el barco el tiempo que estaba radiante y espectacular empezó a cubrirse, era como si Bora Bora estaba triste como nosotros.

Ahora había que estar cerca de la puerta de embarque para poder ubicarnos a la derecha, y tener la vista de la isla cuando despegáramos. Lo logramos y nos ubicamos de manera de poder ver todo. De nuevo el tiempo no era maravilloso. Definitivamente no teníamos destinado de ver Bora Bora despejada desde el aire. No nos podemos quejar del clima que tuvimos, apenas una tarde llovió, y en Moorea solo un momento cuando estuvimos en el motu durante la excursión.

Durante el regreso a Tahiti, el vuelo estuvo más despejado, logramos ver Tahaa y Raiatea. Esta última es enorme, y se ven unas costas fantásticas. Hay que ponerla en la lista de los próximos lugares a visitar.

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