“Viajar sirve para ajustar la imaginación a la realidad, y para ver las cosas como son en vez de pensar cómo serán”.  

Samuel Johson

Septiembre 2015 : el sueño de viajar a Polinesia Francesa comienza a tomar forma

Este viaje a la Polinesia Francesa había comenzado en nuestras mentes hace muchos años, fué durante años nuestra meta soñada en viajes, y por ello habíamos acumulado y acumulado millas con este fin. Lo teníamos en mente para el 2015 pero por razones personales lo habíamos dejado de lado,  sin embargo, sorpresivamente lo retomamos después del verano, cuando planeabamos a donde ir de vacaciones (no solemos partir de vacaciones en verano sino luego, cuando todos regresan). Asi fue que planificamos todo con apenas 2 meses de antelación. Pienso que es el mínimo de antelación para un viaje de esta envergadura, no se lancen a la aventura en un viaje así porque podrían pasársela mal y terminar gastando mucho mucho dinero por falta de previsión. La falta de previsión no es mi caso, más bien tengo mania de la planificación, pero debo confesar que planificar un viaje relativamente a última hora tiene su encanto.

Se pueden tomar el billete de avión y el alojamiento y actividades por separado, les recomendamos pasar por una agencia local, porque será mejor y más barato. Nuestro viaje nos lo organizó yestahiti y quedamos encantados. Es genial llegar y tener todo organizado, para nosotros era la primera vez, siempre hemos organizado nosotros mismos, y luego en el lugar vamos viendo como movernos. Esta vez teníamos esa fantástica libretica llena de vouchers de hoteles y actividades, como una chequera, que teníamos que ir entregando en cada lugar.

Teníamos mucho miedo del viaje en avión, no por el avión en si mismo, sino por la cantidad de horas que duraba el viaje, 26h…muchísimo. La verdad nos ayudaron mucho los consejos leídos en varios blogs. Por ejemplo lo de usar medias de contención, es genial, realmente llegas menos cansado. Otra cosa que yo agregué es un spray para lubrificar los ojos, el avión tiene un aire muy seco y fatiga mucho los ojos, el spray fue realmente muy útil. En casi todas las líneas aéreas puedes pagar por un asiento donde tienes más espacio o menos gente alrededor, en un viaje tan largo merece la pena pagar por estar un poco mas cómodo. Nosotros lo hicimos y agradecimos cada euro.

Otra cosa que se debe tener en cuenta es que en la Polinesia Francesa todo es muy caro, no sera fácil moverse, y no todo el mundo cuenta con alguien que les lleve a algún lugar si necesitan algo,  como fué afortunadamente nuestro caso. Nosotros tomamos la previsión y nos llevamos media maleta llena de cosas para comer, y vino. Sabíamos que los restaurantes serian muy caros, y planificamos saltarnos los almuerzos como hacemos muchas veces en nuestros viajes. Los desayunos generalmente son muy copiosos y no tenemos hambre al mediodía, con un tente en pie nos va bien y podemos continuar las actividades sin tener que parar para el almuerzo.

21 de Noviembre : Polinesia, allí vamos!!..o la historia de una noche cortísima!

El hecho es que después de 26 horas de avión, una escala en Paris y otra en Los Angeles, visualizábamos por fin en el horizonte nuestro lugar de ensueño, allí estaba Tahiti entre las nubes y las luces de las primeras horas del día, se ve inmensa cuando llegas, se mezclan emociones de todo tipo mientras vas descubriendo aquellos relieves insólitos. Te preguntas si estas soñando o si de verdad estas allí, viajar tantas horas te deja un poco descolocado. Salimos el dia sábado 21 a las 15h de Montpellier, y llegamos a las 6h de la mañana del domingo 22 a Tahiti. Con el cambio de horario se ganan horas y parece que la noche durara casi nada.

Llegando a Polinesia Francesa
Llegando a Tahiti Polinesia Francesa

El aeropuerto de Tahiti es muy pequeño, te bajas del avión en la pista, y allí están todas esas chicas vestidas con sus trajes estampados de flores, pareciera que todo el aeropuerto saliera para recibir el avión. A partir de ese momento desearías conservar cada segundo que pasa, y poder atraparlo en fotos, vídeos, atrapar todas esas visiones para que no escapen. Empezamos a escuchar la música, si, esa de la que todos hablaban, escuchamos el ukulele con sus notas características. Es un momento mágico cuando al final visualizamos los dos músicos que tocan y la chica que ondea su cuerpo al ritmo de la música. Allí realmente sientes que llegaste a la Polinesia.

La larga cola de la inmigración pasa rápido, y en pocos minutos estás en un minúsculo Dutyfree y en la sala para recuperar las maletas, cosa que se hace muy rápido. Que todo sea pequeño es genial, y te da igual, todo te parecerá fantástico. Cuando nos dirigimos a la puerta, una marea de flores nos llena los ojos, los olores son espectaculares, una infinidad de collares de flores cuelga de las manos de un montón de chicas que parecen esperar a un grupo. Buscamos a Tepu entre aquellas caras y la visualizo al fondo, ella también con unos hermosos collares de flores de Tiaré que huelen magnifico.

Mi collar de bienvenida es enorme y de unos colores fantásticos, en la emoción de la llegada nos hacemos fotos, y me olvido que tengo que ir a recoger nuestro dossier de la agencia con todo el itinerario y los famosos vouchers. Vamos allí, y nos dan otros collares de flores. Pero que bueno, montones de flores, allí nos decimos que lo de los collares no es solo de película. Es una auténtica tradición que adoramos.

Tepu es una ex-alumna de mi época de enseñante, formó parte de un grupo bastante especial, y con quién mantengo el contacto desde hace mucho. Debo realmente agradecer su recibimiento y su ayuda en nuestra estadía. Valga la pausa para explicar a quien nos referíamos.

Una vez que salimos del aeropuerto Tepu nos llevó al mercado, genial ver el mercado fuera, las frutas, los colores, la gente. Hace calor, no sofocante pero hace calor para ser las seis de la mañana, como es posible que haga tanto calor, y haya tanta luz a esta hora, serán cosas del pacífico. No nos sentimos cansados, no sabemos si es la emoción. En la parte del pescado, vemos trozos de atún que nunca hemos visto antes, cantidad de pescado. Luego unos aguacates inmensos, pareos, flores, todo se mezcla. Es variopinto y nos está muy bien que sea así. Tepu nos compra algo que parece un donnuts polinesio, es como un donnuts que sabe a coco, esta bueno, pero es tan grande, y yo muero de sed. Ella le compró un coco a su bebé y eso fue genial para saciar la sed.

Imaginaba el mercado más grande, y con más puestos fuera del mercado, pero sin duda el colorido es como lo imaginaba.

Después del mercado Tepu nos llevó a una muestra de artesanías de las islas Marquesas, después entenderemos que la Polinesia Francesa se divide en 5 archipiélagos, y Tahiti se encuentra en el archipiélago de la Société, y que lejos de allí está el archipiélago de las Marquisas.

Nos dió la impresión que la cultura de las Marquisas no pasa desapercibida, y nos atrajo mucho. Debe ser fantástico conocer este archipiélago, pero no estaba en nuestros planes, si ven el mapa entenderán que las Marquisas no quedan exactamente a la vuelta de la esquina con respecto a Tahití.

En la muestra de artesanía compramos nuestro primer regalo, y hubiese querido comprar más, pero no habíamos cambiado dinero y nos daba algo de vergüenza que Tepu nos pagara los regalos. Creo que podíamos cambiar dinero en el aeropuerto pero no buscamos donde hacerlo. Luego supimos que en los hoteles se puede cambiar con toda comodidad, otra manera es extraer dinero de un distribuidor automático, pero no cuenten con encontrar uno lleno, sobretodo un domingo.

archipel de la polynésie
Polinesia Francesa Mapa

Después de la muestra, Tepu nos llevó al hotel, queríamos cambiarnos porque no estábamos vestidos adecuadamente para el clima. La primera noche en la Polinesia Francesa estariamos alojados en el Intercontinental Tahiti, lo escogimos porque estaba cerca del aeropuerto, sin pensar que seria gran qué, y la verdad es que nos ha sorprendido. Que emoción al llegar al hotel, la decoración, en la entrada un muro vegetal con cascada da la bienvenida, y luego los ‘botones’ muy particulares (unos chicos vestidos solo de un pareo rojo con flores blancas, atado a la cintura, torso desnudo, y con los característicos tatuajes).

Nos identificamos en la recepción, y para nuestra sorpresa, la habitación ya estaba lista. Nuestra eficaz Ruta (la chica que nos organizó todo) avisó al hotel que llegaríamos temprano. Pensábamos pasar por una habitación de tránsito y en vez de ello tuvimos directamente nuestro cuarto. Tepu nos dijo que disfrutáramos del dia y quedamos con ella para cenar.

Nuestro pintoresco botones nos lleva a la habitación, desde ese momento creo que poco o nunca cargamos las maletas, siempre alguien se encargaba de ellas. Entramos en la habitación y nos sentimos realmente de vacaciones, desde nuestra habitación se ve el mar y los jardines llenos de vegetación exótica. Los pajaritos vienen a posarse en un árbol que tenemos enfrente. Todo nos parece maravilloso, una vez mas no nos creemos que estamos aquí, que alguien me pellizque, sera verdad?. Y si es verdad no queremos que pase el tiempo, o que pase más lento para que esto dure mucho más. Nos conectamos a internet para dar noticias a nuestras familias de que llegamos bien y enviamos nuestras primeras fotos de la habitación y nosotros con collares de flores.

Sin perder tiempo nos cambiamos, nos enfilamos el traje de baño y nos vamos a explorar el hotel, que es grandísimo. Vamos a la piscina, y vemos que hay una especia de piscina natural detrás, curiosos, vamos a para ver qué es, es un Lagoonarium, una especie de lago donde conservan peces de varias especies y donde se puede nadar con ellos y hacer snorkel.

Disfrutamos nuestro primer contacto con los peces de colores, nos emocionamos tanto de verlos y pensar que no tuvimos que esperar mucho para ver todos estos peces tropicales extraordinarios.

A pesar de la emoción, y las ganas de disfrutar al máximo, nos empezamos a sentir cansados pero qué puede ser mejor para descansar y hacer una pequeña siesta, que una tumbona con una excelente vista sobre el océano pacífico.

Luego nos vamos a la otra piscina para reposarnos un poco, no hemos parado desde hace mas de 30 horas, no sabemos de donde sacamos tanta energía. El hambre empieza a hacer su llamado, no tenemos idea de si es hora de cena, almuerzo o desayuno para nosotros.

Intercontinental Tahiti
Un momento de reposo después de tantas horas de viaje

Decidimos que es la hora de ir a hacer sufrir nuestro bolsillo, vamos tan mentalizados a que la comida sera carísima, que al final no nos parece tan cara. La verdad es que las porciones son grandes y con un plato se está más que bien, y los precios son bastante honestos. Yo me he comido un pollo con una salsa de agrumes de polinesia y mi esposo un mi-cuit de atún.

Después de la comida nos dirigimos a nuestra habitación, el cansancio comienza a sentirse. Al llegar a la habitación nos conectamos a internet y enviamos mensajes de nuevo a todos. El sueño comienza a vencernos y nos decidimos a probar la cama, unos minutos después, estábamos durmiendo. En previsión había puesto el despertador, no queríamos dormir mucho para tratar de adaptarnos rápidamente a nuestro nuevo huso horario, pero la diferencia de 11h finalmente no fué tan difícil como creíamos.

Creo que he dormido un par de horas, en la télévision suena en bucle la promoción del hotel y sus actividades, con música local. Me alzo, me lavo la cara, y me voy a dar una vuelta, dejando que mi esposo querido siga durmiendo un poco más.  Camino hasta el fondo del hotel, del lado opuesto de donde está nuestra habitación. Este hotel si que es grande, y cada parte tiene su encanto, todo es tan bonito. Moorea se ve al fondo y me pregunto cómo será.

De regreso nos damos una ducha, nos preparamos para salir y nos vamos al lobby a esperar por Tepu. La espera nos permite ver el atardecer desde el lobby que tiene un punto de vista ideal. Seguimos disfrutando de cada segundo, hemos tenido tanta emociones juntas, que nos parece que ya tenemos 3 días aquí.

Tepu llega puntual y nos vamos a comer a las Roulottes, un lugar super famoso que no debe dejar de visitarse. Son los que llaman actualmente food trucks, pero con un poco más de organización de restaurant.Van muchos turistas pero también la gente local, y puedes hablar y compartir con ellos.

Colocan mesas justo frente al food truck y te sirve en tu lugar, las mesas son grandes y probablemente termines compartiéndola con un vecino desconocido, pero eso es parte de la aventura. Allí nos comemos nuestro primer poisson cru, que bueno!! el pescado fresquisimo en la leche de coco sedosa y extremadamente aromática. Entre una y otra conversación se va yendo nuestro primer dia en Tahiti, y se acerca el momento de partir a nuestra aventuras en las otras islas. Tepu nos acompaña al hotel y nos dice que nos recogerá al dia siguiente a las 11h.

23 de Noviembre : Amanecer en Polinesia Francesa!…nos vamos a Moorea

Clica aqui para leer nuestro post sobre nuestro viaje a Moorea.

27 de Noviembre : Hoy se toca el cielo…vamos a Bora Bora!

Clica aqui para leer nuestro post sobre nuestro viaje a  Bora Bora.

1ero de Diciembre  : Hoy le decimos hasta pronto a Bora Bora y regresamos a Tahíti

Nuestro avión de regreso a Tahiti es a las 17h00 tenemos aún tiempo de sobra para disfrutar de Bora antes de regresar a Tahiti. Estos últimos 10 días han sido intensos.

Nos despertamos como siempre muy temprano, hoy más temprano que de costumbre, quizá inconscientemente queremos disfrutar aún más del dia. Tengo el tiempo de ir a la terraza y ver el amanecer. Aprovecho de hacer algunas fotos y veo como la luz que se refleja sobre los bungalows va cambiando. Esta hora es perfecta para hacer fotos. Mi esposo se une a mi en la terraza y disfrutamos de esos momentos únicos.

Después del desayuno regresamos al bungalow, queremos disfrutar del agua desde nuestra terraza. En ese momento vemos una pirogue que se acerca, era el desayuno para uno de los bungalows, nos damos cuenta que queríamos tomar el desayuno así y se nos había olvidado totalmente. Se debe pagar un pequeño adicional para que te traigan el desayuno así, pero puede ser una bonita experiencia, sobretodo si estas de luna de miel.

Tenemos el check-out a las 11h00, no debemos ocuparnos de las maletas, todo lo hace el hotel. Las conservan en un deposito, y se cuenta con una zona donde puedes cambiarte y hacerte una ducha por si quieres aún disfrutar de la playa. Eso fue lo que hicimos, hicimos el check-out, fuimos a la tienda de souvenirs y luego a la playa. Disfrutamos al máximo hasta la hora de tomar el barco para ir al aeropuerto. Cuando esperábamos por el barco el tiempo que estaba radiante y espectacular empezó a cubrirse, era como si Bora estaba triste como nosotros.

Ahora había que estar cerca de la puerta de embarque para poder ubicarnos a la derecha, y tener la vista de la isla cuando despegáramos. Lo logramos y nos ubicamos de manera de poder ver todo. De nuevo el tiempo no era maravilloso. Definitivamente no teníamos destinado de ver Bora Bora despejada desde el aire. No nos podemos quejar del clima que tuvimos, apenas una tarde llovió, y en Moorea solo un momento cuando estuvimos en el motu durante la excursión.

Durante el regreso a Tahiti, el vuelo estuvo más despejado, logramos ver Tahaa y Raiatea. Esta última es enorme, y se ven unas costas fantásticas. Hay que ponerla en la lista de los próximos lugares a visitar.

Luego de una hora estamos de regreso a Tahiti. Tepu nos recogió en el aeropuerto y nos llevó al hotel. Esta vez estabamos en el Méridien Tahiti, mala escogencia, este hotel tiene una bonita infraestructura pero esta muy descuidado. Se puede considerar este hotel si se van quedar una sola noche, quiza cuando se llega porque se ira de menos a más, pero no para pasar mas de una noche. La primera habitación que nos asignaron tenía un fuerte olor a humedad, y era oscura. El baño no estaba en buenas condiciones. Nos quejamos y nos explicaron que esa era una habitación ‘no renovada’ que nos enviarían a una renovada. La habitación renovada era ligeramente mejor, un poco de pintura y unos muebles que fueron nuevos hace ya algunos años. Nos dijimos que no estaríamos mucho en la habitación y nos lo tomamos con filosofía. Fuimos dar una vuelta por las instalaciones y allí si que nos deprimimos, la piscina con fondo de arena no estaba limpia, por zonas se veía un fondo verdoso, y faltaba arena en algunas partes. La playa es pública y el hotel no se ocupa de ella, ni coloca tumbonas. Estas en un hotel 4 estrellas y debes poner tu toalla directo en la arena para disfrutar de la playa. El mar no es maravilloso, pero es más una cuestión de mantenimiento. Hay un muelle abandonado que te da sensación de decadencia. En suma, se te baja la ilusión, y sientes que pasaste rápido del paraíso a la tierra.

2 de Diciembre : Tour pour Tahití y noche de Danzas Marquesas

Este día organizamos con nuestra chica de la agencia un cambio de hotel. Lamentablemente no logramos conseguir las 2 noches restantes en el Intercontinental Tahiti, pero al menos una de ellas. Pasamos solo la última noche en el Méridien Tahiti, al final partíamos muy temprano, y la última noche teníamos tickets para un espectáculo de danza, asi que muy poco estaríamos en el hotel. Ruta (la chica de la agencia) nos organizó la reservación y pagamos directo en el hotel. Nuestra amiga Tepu nos hizo el gran favor de llevarnos de ida y vuelta, una gran ventaja. Con el reclamo que la agencia le hizo al hotel, nos rembolsaron la noche que no pasamos allí.

Una vez resuelto el tema del cambio de hotel, ese día nos fuimos de paseo con Tepu y su esposo. Hicimos un recorrido por prácticamente todo la isla. Empezamos con una parada en la Source de Vaima. Un río de agua de fuente volcánica, que produce un efecto de jacuzzi natural. El agua es super cristalina y fresca, no es muy profunda pero es genial para refrescarse. Lo que nos cayó de maravilla, porque el calor que hacia era húmedo y pesado.

tahiti-source de vaima
La source de Vaima – El jacuzzi natural

Después de la fuente fuimos a la Grotte Mara’a, un pequeño parque con una gruta que según nos contaba Tepu, estaba abierta al publico y era posible bañarse, hoy en día solo es posible visitarla. Hay un muro precioso con una caída de agua que permite hacer fotos de postal.

La próxima parada fue una playa impresionante de arenas negras, nunca había visto arena negra, salvo de la falsa que venden en los negocios de decoración,  mucho menos había visto una playa de arenas negras. La arena es fina, de un negro perfecto, homogéneo, con algunos granos brillantes, casi plateados. El único problema de la arena negra es que se caliente muchísimo con el sol, caminar descalzos es prácticamente imposible.

Continuamos nuestro recorrido por la isla hasta llegar a la entrada de la presqu’ile; el pequeño istmo de Tahiti. Hicimos una parada en Taravao para hacer algunas compras en el Carrefour para preparar un poisson cru a la tahitienne.

tahiti mapa polinesia francesa
tahiti mapa

Continuamos hasta Tautira a casa del padre de Tepu, une linda casa al borde de un río y con vista al delta que va directo al océano. Los jardines bellisimos, con una vista maravillosa de las montañas de Tahiti. Notamos que esta parte de la isla e mucho mas verde y con una vegetación mucho mas luxuriante. En el camino vimos varias cascadas que surgían de la montaña.Una belleza.

En Tautira preparamos nuestro almuerzo, el cual disfrutamos en el jardin a la sombra de los arboles. El viento que venia del mar nos hizo muy placentero el momento de la comida, y nos hizo una pausa del calor intenso que hemos tenido durante todo el dia.

Vimos como en la casa tenían cuerdas por todas partes, los techos atravesados con gruesas cuerdas que estaban atados al suelo. Todo esto una preparación para el ciclón del que todo el mundo hablaba y que debía llegar al final de noviembre, y para nuestra suerte no llegó. Mientras estuvimos en Bora Bora se formó una tormenta tropical de gran tamaño hacia Tonga, y que avanzó hacia el archipiélago de Tuamatu, y por fortuna perdió fuerza. La noche que hubo tormenta en Bora era consecuencia de la tormenta tropical que estaba pasando por ese archipiélago de las Tuamatu, es decir que ni siquiera nos topamos de frente con la tormenta, fue solo una perturbación generada por el paso cercano de la tormenta, y aún así el viento era extremadamente fuerte. Se entiende por qué deben atar los techos.

El poisson cru lo acompañamos de un tubérculo local, llamado Taro, y de una pequeña banana cocida que llaman fe’i. Todo eso lo adereza o mejor dicho lo sumerjen (según cuanto guste) en una especie de salsa o sopa que se llama Mitihue Mami, que no es otra cosa que una especie de leche de coco fermentada. Tiene un gusto especial, yo le puse como una salsa, mi esposo lo comió como nuestros amigos tahitianos, como si era una sopa en la que metían casi todo lo que comimos.

Luego de nuestra súper local comida quisimos ir hasta Teahupoo, queríamos ver las olas gigantesca de este spot mundialmente conocido por los surfistas. Pero nos explicaron que las olas enormes se producen en ciertas época del año y que de la costa no se aprecian realmente.

Nos encaminamos al hotel para recoger nuestras maletas y pasar de nuevo al Intercontinental, donde transcurrió el resto de nuestra jornada. Llegamos a tiempo para tener aun sol y darnos un baño para aliviar el calor infernal que teníamos. Me sentía eternamente bañada en sudar, como en una sauna permanente. Vimos que en la noche había un menú de las marquesas con un espectáculo de danzas. Pensamos al menú pero sentíamos que aún teníamos nuestro tardío almuerzo en digestión. Pensamos que un aperitivo con algunas cosas de picar en el bar eran más que suficientes. En el bar había música en vivo de la cual disfrutamos con unas buenas cervezas Hinano. El grupo musical supo hacer una excelente transición para presentar las danzas marquesas que surgieron de la oscuridad. Un espectáculo lleno de potencia, percusión, virilidad, muchas hakas y sudor, nos deleitó durante al menos una hora. Realmente nos cautivó el ambiente que reina en el intercontinental, siempre con una animación, música, danzas…un contraste con el Méridien Tahiti.

danzas marquesas intercontinental
Danzas marquesas en el Intercontinental Tahiti

Sentíamos que nuestro viaje estaba terminando de manera perfecta. Planeamos nuestro día siguiente durante la música. Disfrutaríamos del hotel como lo hicimos el día que llegamos, nadando en el Lagoonarium, y luego en la tarde iríamos al espectáculo para el cual Tepu nos había encontrado los tickets de entrada.

3 de Diciembre  : Nuestro último día en la Polinesia Francesa, cierre de oro con el Hura Tapairu

Como describir la nostalgia que te invade cuando el viaje que has soñado una buena parte de tu vida, va llegando a su fin. Es nostalgia pero es felicidad de haber tenido tantas emociones juntas, de haber visto lo que tanto se anhelaba y que todo haya superado las expectativas, es tanta emoción junta, que juro que en ese momento hasta quería más a mi esposo. Por eso, parejas en luna de miel, vayan a la Polinesia Francesa, que será realmente un viaje que marcará sus vidas, posititivamente con seguridad.

Estando en el Intercontinental disfrutamos de hacer snorkeling una vez más, de las flores de Tiare que crecen por todos lados, del sol, del agua, de los colores del mar.

En la tarde preparamos nuestras maletas en el otro hotel, y nos preparamos para ir al Hura Tapairu, que es un concurso de danzas tradicionales polinesias. Un espectáculo maravilloso. Realmente es pequeño comparado con el Heiva, pero no menos espectacular. Por lo reducido del teatro, van esencialmente los locales. Tuvimos suerte que nuestra amiga tahitiana nos encontró y regalo las entradas. El espectaculo fue un deleite, la música, los trajes, los movimientos, la fuerza y el orgullo de quienes bailan y de quienes los admiran desde el teatro. Adoramos que estén tan atados a sus costumbres.

Así termina este último dia en Tahiti, estamos casi listos para volver a casa. Tenemos sentimientos encontrados, queremos volver, porque ya después de un tiempo ir de hotel en hotel cansa un poco, así sean bellísimos, y porque nos empieza a faltar nuestra camita y nuestra casa. Pero al mismo tiempo sentimos que no queremos dejar este lugar maravilloso, con su aislamiento positivo y negativo al mismo tiempo, con su gente maravillosa, los olores y colores extraordinarios. Tenía tantos sentimientos encontrados, y tanta emoción cuando nos subimos al avión la mañana siguiente para ir camino a Los Angeles, que hasta algunas lágrimas se me escaparon al momento de despegar y ver como Tahiti se alejaba en el horizonte.

Volveremos pronto, de eso estamos seguro. Este viaje se debe hacer al menos una vez en la vida, pero si se puede, hay que repetirlo tantas veces como sea posible. La Polinesia francesa es muy grande y aún nos queda tanto por conocer. esta vez se quedaron afuera islas que vimos desde el aire y que se veian espectaculares: Raiatea, Tahaa, Farakava y Rangiroa en el Archipielago de las Tuamatu. A una próxima vez!!

Azules insólitos, miles de peces de colores, olores florales omnipresentes, tradiciones ancestrales del pacífico, eso es la Polinesia Francesa…y más!!!

Nuestros Consejos

Puedes encontrar todos nuestros consejos para preparar tu viaje y disfrutarlo mejor en nuestra pagina: Tips para viajar a Polinesia Francesa

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