Nuevo viaje a Polinesia Francesa: 3era parte, Bora Bora
La Polinesia Francesa como destino es un sueño, pero dentro del sueño, se encuentra el punto máximo, que es siempre Bora Bora. Hay opiniones divididas sobre esta isla, pero pienso que siempre se encontrarán las razones de su fama mundial.
Bora Bora es una isla para todos los gustos, si bien he leído algunos blogs que denigran de esta isla, pienso que no la han conocido como se debe. Unos dicen que peca demasiado de turística, que no hay nada natural en ella, que todo es montado, y artificial. Vaya!! son comentarios a analizar, porque si bien, es una de las islas donde se concentran creo que el mayor número de hoteles y pensiones de toda la polinesia francesa, eso no le resta belleza al lugar. Esta muy lejos de ser un lugar turístico como lo puede ser algunos destinos masivos de playa en el Caribe. Incluso aquellos más exclusivos.
En Bora Bora se puede encontrar un simple apartamento o pensión, en la isla principal, o disfrutar de lo que le da el sello a este lugar, sus hoteles de mediano y alto lujo en los motus que rodean la isla.
Hoteles de lujo en Bora Bora
Pienso que es uno de los pocos lugares de la Polinesia donde el lujo es asequible, dentro de lo que puede abarcar esta palabra en esta región del planeta. Asequible porque los hoteles de lujo, aún se pueden pagar, si se comparan con el The Brando en la isla privada de Tetiaroa que ya son para categorías de muy altos ingresos.
También hay que saber que todos los 5 estrellas de la isla no valen lo mismo, y no hablo solo de precio. Y se debe tener cuidado al escoger, porque un precio que parece bueno al final no cubre las expectativas y puede terminar pareciendo muy pero que muy alto. Por eso pienso que conociendo una buena parte de hoteles de Bora Bora, me quedaría con esta selección:
Como decía antes, si se quiere vivir el sueño de viajar a Bora Bora, y vivir lo que aparece en los wallpapers y las postales, se debe optar por uno de estos hoteles. Si se va en otro plan, hay varias opciones en la isla principal, y otras opciones más sencillas en algunos motu. Pero si no se esta dispuesto a sacrificar comodidad, no se puede optar por éstas y después sentirse robado. Hay que siempre recordar que se esta visitando islas en medio del Pacifico, y que tienen poco o nada cerca.
Pienso que a Bora Bora se va a disfrutar de una exclusividad que costaria muy pero que muy caro en otra parte. Hay quienes critican el destino, porque lo consideran poco natural, obvio que si en vez de hacer una excursion a lo que llaman el jardin de coral, te vas de excursion al Lagunarium, has cometido el peor de los pecados, haz hecho la peor de las elecciones. Porque el Lagoonarium tiene una razon de ser, y accesoriamente es un lugar para visitar, pero no lo incluiria en mi bucket list.
Qué hacer en Bora Bora?
Hay que saber que esta isla es la que creo ofrece mas actividades de toda clase, y donde los precios pueden llegar a ser excesivos. En grandes grupos, en pequeños, en privado, en pareja. Pues comenzar a eliminar la de los grandes grupos, porque terminarán frustrados y no disfrutarán. A casi el mismo precio encontrarán excursiones con grupos mas pequeños, con mejores guías y apreciaran mucho más el lugar.
Como es de esperarse la mayoria de las actividades son acuáticas: snorkeling, buceo, buceo con escafandra, moto submarina, moto de agua, paseos en barco, en catamaran… Lo de más estará íntimamente ligado a la razón principal por la cual se viaja a Bora Bora: las lunas de miel; por lo cual hay un montón de opciones para organizar cenas o almuerzos en un motu, tour con sesión de fotos en catamaran, bodas tradicionales, y pare de contar.
Ya hablaré mas adelante sobre nuestra escogencia de excursiones.
Nuestro segundo viaje a Bora Bora
Con toda esta introducción no tengo más que decir que quedamos encantados con esta segunda visita a Bora, obviamente que el alojamiento influyo muchísimo. Al llegar nos estaban esperando y a esa hora llegamos solo nosotros, por lo que nos encontramos con una gran cantidad de personal, en un barco enorme, todo para nosotros, muy VIP.
Recibimiento igualmente todo para nosotros, hasta nos pusieron a escoger entre 2 mayordomos, un servicio que caracteriza el St Regis Bora Bora, y que nos fue muy útil. La chica que nos hizo de mayordomo nos dió la visita clásica del hotel, para explicarnos sus instalaciones. Cantidad de cosas a disposicion, lo que hace que si estas en una estadia no muy larga, buena parte del tiempo se pasara a descubrir lo que ofrece el lugar de alojamiento.
El hotel cuenta con un Lagoonarium enorme y en excelentes condiciones, donde se pueden ver gran cantidad de peces en toda seguridad. Para los mas osados, los alrededores de los overwater tienen gran cantidad de fauna igualmente, nosotros llegamos a ver inclusive las rayas leopardo.
Al entrar a nuestro bungalow realmente quedamos sorprendidos, el tamaño del salon impresiona. La cama decorada con petalos, el baño una inmensidad. Sobre la mesa nos esperaba una botella de champaña enfriandose y un plato de macarrones. No podiamos sino gritar uoaaaaoh cuando el mayordomo se fue, y lo hicimos al unísono.
Sabíamos que los bungalows eran grandes, pero una cosa es la foto y otra es cuando lo ves. Y aún estabamos por descubrir al día siguiente la terraza y la piscina, la cual con todoa honestidad yo disfruté enseguida, porque estaba perfecta para hacerse un baño esa noche.
Nuestra primera mañana en el Hotel St Regis Bora Bora
Nuestra primera mañana, llovió muy temprano, mientras estabamos aún en la cama, fue hasta agradable escuchar el ruido del agua caer. Caía una fuerte lluvia que se interrumpió cerca de las 5h30, la hora a la que usualmente nos levantabamos.
Salí a la terraza para disfrutar de la vista que no había tenido el dia anterior, se veía un cielo cubierto, gris, pero eso no le quitaba un ápice de belleza a ese monte que tanto soñaba de ver de nuevo, el Otemanu. Tampoco al agua que tenía un intemso color turquesa. Ahí estaba como siempre, imponente, sorteando las nubes que pasaban rápidamente por su pico y desaparecían como si algo las aspiraba al interno de la montaña y algo las hiciera salir indemnes del otro lado.
Nos acicalamos para ir a descubrir el desayuno, nos preguntabamos que tan lejos estabamos del restaurant donde se servia, y finalmente no estabamos tan lejos, una caminata razonable.
El desayuno del St Regis es realmente excelente y muy completo, el servicio ni se diga. Se pueden ordenar platos calientes desde la mesa, pero también hay infinidad de cosas disponibles en el buffet.
El clima no partió con super buen pie este dia, pero se ha ido arreglando. En Polinesia el tiempo cambia tan rápido que no nos precupamos mucho por eso. Ademas, el lugar por si solo, hasta con mal tiempo es hermoso. Hoy toca disfrutar de la playa y la piscina privada y dar algunas vueltas en bici para conocer las enoooormes instalaciones del hotel.
Excursión Pure Snorkeling con Reef Discovery
Esta vez decidimos tomar esta excursion que habia estudiado hacer la vez anterior y dejamos de lado. Esta excursion la organiza Reef Discovery y cubre varias partes del lagoon de Bora Bora, promete como plato fuerte ver las manta rayas y ese era nuestro foco principal, visto que ya habiamos nadado con Tiburones.
Esta excursión dura un poco mas de medio día, no incluye comidas, solo bebidas, primero vas al lugar donde suelen reunirse las mantas rayas, donde se debe nadar bastante y la profundidad es grande. Después te llevan a un par de lugares de snorkeling, uno donde hay una profundidad de unos 5o 6 metros y hay cantidad de peces de colores, el ultimo lugar es algo que llaman el jardin de coral.
Para llegar al lugar de avistamiento de las mantas hay que nadar y bastante. Lo mejor es la experiencia de pasar de una poca profundidad y avanzar hacia una especie de abismo, con un visibilidad excepcional es una experiencia increible. Se siente como experimentar la sensación de volar. Pasamos por nubes de bancos de peces, y luego te adentras en el azul del lagon, que envuelve todo. Solo esta experiencia es genial.
Así nadamos y nadamos, hasta que otro barco de la misma compañia nos dice que estan un par allí abajo. Avancé con el guia quien me ayudaba con la corriente, y asi de un golpe vemos que aparecen majestuosas en el fondo un par de mantarayas que se siguen. Su vals es elegante, te parece en camara lenta, pero nadan muy rapido y hay que hacer el esfuerzo de seguirlas. Nos acercamos a especie de acantilado de coral y alli nos hacen el favor de subir, y permitirnos verlas de mas cerca, y aparece una tercera que completa el show. Que mas se puede pedir?. Muy emocionante la verdad.
Después de terminar de danzar bajo el agua, detràs de las mantas, de aquí para allà y de allà para acà, es momento de volver a nadar como locos para regresar al barco.
Luego, una vez todos a bordo, a navegar de nuevo para ir a otro punto para hacer snorkeling y ver pececitos de colores. No era como el punto que llaman el jardín de coral, y que ya conocíamos, aparte como era domingo, no había más nadie.
Este lugar es bastante profundo y el agua no es nada fácil, pero como los corales están bastante alejados de la superficie se puede nadar sin mayor inconveniente. Allí las nubes de peces te persiguen por comida, y es fácil hacer buenos videos y fotos submarinas. En nuestro día, a esa hora, se había alzado el viento y el agua estaba lejos de ser un plato. Sin embargo, disfrutamos bastante, y nadamos hasta que nos cansamos, y de nuevo al barco para tomar algo y seguir a la última parada, el jardín de coral.
Esta última parada que llaman el jardín de coral, no es tampoco la misma en la que una vez nos paramos y llaman igual. El agua es bastante baja y hay que tener cuidado tanto de no dañar el coral como de no hacerte daño con éste. Hay peces pequeñitos que viven en estos pequeños corales de todos colores. Y de vez en cuando pasan peces más grandes, pero muy de tanto en tanto.
La excursión acaba a eso de las 3 de la tarde, cuando de nuevo nos dejan en el muelle del hotel, antes pasamos a dejar una pareja que estaba en un hotel antes del nuestro. Lo cual nos permitió ver una parte de la isla que no conocíamos, donde está el Maitai. a decir verdad la playa de este lado es menos bonita, los colores no son los típicos de Bora. Lo que sí es interesante de este hotel, es la cercanía a la única playa de la isla de Bora Bora, la playa de Matira.
De regreso de la excursión, estábamos bastante hambrientos, nos dimos una ducha rápida y nos fuimos a comer al restaurant de la playa del hotel. comimos muy bien y en cantidad tal que luego ni siquiera tuvimos hambre al momento de la cena. Después de la comida, un paseo y momento relajante en nuestra piscina y playa privada. ¿Qué más se puede pedir?
Los días siguientes los dedicamos a la relajación, a disfrutar de los colores y de la paz de Bora Bora, hicimos kayak en la bahía frente al hotel, anduvimos en bicicleta, en fin, todas esas actividades a las que uno se dedica cuando está en un lugar de vacaciones.
En nuestra última noche en Bora Bora antes de volar de regreso a Tahití, comimos de nuevo en el restaurant Le Lagoon, solo que esta vez todas las mesas estaban localizadas en el pontón con una vista sobre el lagoon iluminado. Genial, con una atmosfera única y que solo puede regalar Bora, para nosotros fue excelente porque nos cambió del ambiente que habíamos tenido dos años antes cuando fuimos por primera vez. Y fue como probar un nuevo restaurante.
De regreso a Tahiti al final de la tarde del día siguiente, nos alojamos en el hotel Manava, del cual quedamos muy satisfechos. Personal super amable y una habitaciones que sin ser muy lujosas cumplen su funcion perfectamente,dar un buen descanso con comodidad.
Así se acaba nuestro segundo viaje en Polinesia Francesa, que consideramos inclusive mucho mejor que el primero y que nos deja con ganas de ir por un tercero. Esperamos volver pronto y quizá agregar de nuevo una isla más a nuestro itinerario. Cada centavo gastado en estas islas vale la pena, pensamos que sea lo que sea hemos encontrado en ellas nos ha hechizado para el resto de nuestras vidas.
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