México, La Riviera Maya
“Dentro de 20 años estarás arrepentido de las cosas que no has hecho, así que abandona el puerto seguro. Explora” -Mark Twain
19 de Diciembre – México allí vamos!!
Llegamos al aeropuerto de Cancún el día 19 de Diciembre, después de haber volado hasta USA 2 días antes. Decidimos de pasar varios dias en la Riviera Maya justo antes de pasar navidades con parte de nuestra familia en USA. Si se quiere viajar a México en esta época, se debe tener en cuenta que los precios se incrementa notablemente a partir del 24 de Diciembre y hasta el 1ero de enero. Mucha gente viaja para pasar navidades y año nuevo en la Riviera, lo que hace que sea una temporada alta. Los precios de los hoteles pueden pasar de simple a doble, y con los pasajes de avion pasa lo mismo.
Nosotros volamos desde Miami con American Airlines, porque estariamos alli para las fiestas navideñas. Conseguimos precios bastante interesantes con Skyscanner respetando el hecho de evitar navidad.
Seguro que desde otras destinaciones encontraran algun vuelo directo o via ciudad de Mexico a buen precio si tocan las temporadas bajas. Atencion con el clima en la Riviera, porque tienen una época de huracanes que coincide con la de la Florida. Pero también hay que recordar que el clima mundial esta bastante rarificado y las temporadas a veces se retrasan o alargan.
Al llegar al aeropuerto de Cancun, lo primero que intentamos hacer fué conectarnos a un wifi para ver si podiamos comunicarnos con la gente del alojamiento, pero no logramos conectarnos. Intentamos durante toda la cola de immigracion, pero nunca encontramos una conexion gratuita.
Luego de pasar la immigración y aprovechando que no había maletas que recuperar, pues viajamos solo con las carry-on, nos fuimos a ver si podiamos cambiar algo de dinero para poder pagar el trasporte hasta Playa del Carmen.
En seguida encontramos una casa de cambio, pero es un grave error cambiar en el aeropuerto. Por fortuna no cambiamos mucho dinero, porque la tasa que te dan es menos interesante de la que puedes encontrar en cualquier banco en la calle.
Para ir del aeropuerto de Cancún a Playa del Carmen hay las opciones usuales: taxis, shuttles,etc. Pero también hay unos autobuses que están muy bien, que llaman ADO, el trayecto cuesta 216 pesos mexicanos, y el viaje dura 45 minutos. El autobús se toma en el aeropuerto, muy cómodo, con aire acondicionado y si toman el express de lujo, el autobus hace solo una parada en un pueblo intermedio.
Cuando el autobús llega a Playa del Carmen hace 2 paradas, una de ellas en plena Quinta Avenida, la zona comercial y turistica de la ciudad. Y la otra parada un poco mas hacia al otro extremo de esta avenida. Nosotros nos quedamos en la primera parada en pleno corazon de la Quinta, porque estaba muy cerca de donde nos quedariamos y porque nos habian explicado que debiamos bajarnos alli.
Para ir al alojamiento debia entrar en comunicacion con la persona de la casa, pero no encontrabamos wifi en ninguna parte. Eran ya las 14h00 y teniamos hambre, el tiempo estaba entre mira que te lluevo y casi te doy un poco de sol, no se entendia mucho. Por ello decidimos de avanzar dentro de la quinta y buscarnos algun restaurante bonito donde comer.
Nos alejamos del Boulevard por una de las transversales y entramos en un sitio que nos pareció bonito y con el cual acertamos, la comida estuvo bastante buena. El lugar se llama Carboncitos, y en la tarde además, como en casi todo Playa del Carmen, hay Happy hour. Pagas un coctel y te regalan otro. La otra cosa buena es que pedimos si nos podiamos conectar al wifi y sin problemas nos dieron la clave para hacerlo. Esto nos permitió de comunicarnos con la persona del alojamiento, quien nos explicó como hacer para llegar. Pudimos haberlo hecho sin preguntar pero es mejor si ya vas informado.
En Carboncitos me comí mis primeros tacos verdaderamente mexicanos, y nos tomamos nuestros primeros cocteles gigantescos. Cabe destacar que el famoso coctél de la happy hour tiene un tamaño descomunal, me parece que con uno ya podrías estar borracho. La comida estuvo muy buena y la atencion también. Yo me comí unos tacos al pastor. Habia tantas cosas que no sabia qué escoger. Mientras esperas por la comida, en vez de pan, te sirven siempre nachos y pico de gallo.
Después de nuestra primera comida, nos fuimos rumbo a nuestro B&B en Playacar. Escogimos un lugar llamado Villa Nautilus Beach. Es un B&B en playacar, una urbanizacion cerrada y bellisima al final de la quinta avenida. Las habitaciones son muy confortables, incluye el desayuno que es bastante copioso, y se cuenta con la cocina y el salon como si estuvieras en tu propia casa. Alan, la persona que te recibe es un cubano residente en Mexico que te recibe como si fueras un amigo.
Desde el restaurant en el centro hasta el B&B tomamos un taxi porque estábamos con las maletas, el precio es irrisorio, solo 70 pesos. Es posible negociar el precio con el taxista si parece que propone algo muy elevado. Pero para eso hay que estar al corriente de la tarifa. nosotros habíamos preguntado a Alan por mensaje cuanto era el precio razonable desde donde estábamos.
Si no hubiésemos estado con las maletas, la caminata era razonable, de hecho cada día caminamos hasta el centro, y era un paseo super agradable. El B&B esta a dos pasos de la playa, inmerso en una vegetación luxuriante. Dijimos que realmente fue una buena elección tomar este B&B en vez de un hotel todo incluido, considerando que la comida cuesta realmente muy poco.
En cuanto nos habíamos instalado en la casa, salimos enseguida a explorar el lugar. Nos sorprendieron las casas bellisimas de la urbanización Playacar y cuanto estábamos cerca de todo. Habia dicho ya que era una urbanización cerrada con vigilancia, en cuanto se pasa la caseta de vigilancia, se gira a la derecha y ya se esta en una zona comercial nueva que se encuentra al final de la quinta avenida, y allí se siente el bullicio turístico. Esto era lo interesante del alojamiento, que en la casa se podía estar en la calma y silencio total, y a unos cuantos minutos se podía uno sumergir en la animación del centro.
Cuando llegamos el clima fue algo lluvioso, nuestro primer día vario entre minutos de lluvia y salida del sol, pero eso no empaño para nada nuestra emocion del viaje. Ademas que eso nos hizo manejar mejor el calor.
20 de Diciembre: Playa, sol y arena,… y unos cuantos cocteles!!
Hoy nos despertamos antes de que el sol saliera, no podemos evitarlo cuando viajamos en este sentido. El jetlag nos vuelve madrugadores, y eso nos gusta. tuvimos el tiempo de ducharnos, vestirnos e ir a ver salir el sol a la playa, con un clima perfecto. La playa no estaba sola, de vez en cuando pasaba un fiestero perdido, o había uno que otro turista también haciendo fotos, supusimos que eran turistas europeos que como nosotros se habian despertado muy temprano. No es común encontrarse a las 5h30 de la mañana en la playa y lleno de energía, por eso adoro esos momentos que solo da el jetlag.
Después de una buena sesión de fotos, y de disfrutar de los colores incomparables del sol a esa hora, nos regresamos para ponernos los trajes de baño, tomar el desayuno y luego enseguida regresar a la playa. El día estaba un poco nublado pero con calor, de vez en cuando el sol se mostraba, el agua siempre a temperatura perfecta. Un poco antes del mediodía nos fuimos a duchar y salimos de nuevo rumbo al centro. Queríamos sacar dinero, caminar, conocer, informarnos sobre el alquiler de un auto, y sobretodo, volver a comer, que para eso vinimos a Mexico.
Después de bastante caminar, llegamos al banco del que nos había hablado Alan. Nos explicó que la mejor manera de cambiar el dinero era sacar dinero de un distribuidor de algunos bancos o vender euros o dólares en la caja del banco. Efectivamente era la mejor y ventajosa manera de cambiar, via el banco, en vez de utilizar uno de los miles puestos de cambio esparcidos por toda la ciudad.
El banco estaba a dos pasos de un centro comercial bastante conocido en el lugar que se llama Quinta Alegría, que para nosotros fue efectivamente una gran alegría, porque empezó a llover, y fue nuestro refugio por un buen momento. El centro Comercial es muy bonito, pero los precios no son bajos y no es realmente el mejor lugar para comprar haciendo buen negocio, salvo si se encuentran cosas particulares que no encontraremos luego en nuestros lugares de residencia, como es el caso de algunas artesanías de alta calidad que no se veían en las tiendas de souvenir y de la ropa con características mexicanas, también de alta calidad. Para nosotros el hecho de que luego de México estaríamos en Miami, hacia que nuestro objetivo no fuese hacer compras en México, porque sabíamos que en Miami disfrutaríamos de precios muchísimo mas ventajosos.
Con la ayuda del GPS del Ipad logramos localizar a distancia la calle del restaurant donde queríamos ir, porque es que en gran parte por eso estábamos en Mexico, para comer todo lo que se atravesara por delante. En medio de lluvias por ratos, llegamos caminando al lugar donde habíamos planeado comer, llamado El Fogón. Nos lo recomendó tanto Alan como el taxista que tomamos cuando llegamos al que le preguntamos por buenos sitios donde comer. Nada como el consejo de quien vive en el sitio, y que seguramente ha comido allí.
Llegando al fogón vimos varias taqueras tradicionales, ya íbamos con nuestro objetivo en mente, pero yo mu hubiese parado a saborear algunos de esos tacos, los sitios se veían medio chiringuito a medio montar, y hasta un poco guarros, pero la comida se veía de espectáculo.
El Fogón tampoco es el restaurant de lujo, es un sitio popular, van muchos turistas avispados, y gente local, a la hora de la comida va tanta gente que hasta cola hay que hacer. La comida es muy fresca, todo lo preparan al instante, y se llama el Fogón porque estarán verdaderamente pegados al Fogón donde cocinan, así que prepárense a sudar mientras comen. Un buen cóctel les refrescará el momento, y saldrán probablemente como nosotros, medio borrachos sin darse cuenta, pero muy muy contentos.
Cuando habíamos llegado al Fogón, una familia americana que desocupo la mesa donde nos sentamos nos recomendó otro lugar para disfrutar de unos jugos naturales fabulosos, según la descripción que nos dio este americano entusiasmado. Al día siguiente comprobamos su recomendación.
Muy contentos y algo borrachos, a nuestra salida del Fogón nos dirigimos de nuevo a la quinta avenida, esta vez llegando por otro lado. Entramos en varias tiendas de souvenir y compramos alguna cosita. Me llamo mucho la atención el hecho de que vendieran un montón de medicinas en estas tiendas, como si eran una farmacia. Y se pueden comprar medicamentos que normalmente se compran solo con orden, tipo barbitúricos, la famosa Viagra, o antibióticos.
Caminamos también hacia la playa, pasamos por la famosa playa Mamitas, que no es mas que una playa privada equipada de bares y tumbonas. Algunos hoteles cercanos, que no tienen acceso al mar, incluyen un pase para poder disfrutar de esta playa, hay que informarse con cada hotel. Si buscáis el ambiente festivo, esta es la playa a la que hay que ir.
Si quieren calma y disfrutar del mar, ni se les ocurra, porque no podrán escucharse ni los pensamientos entre el montón de gente y la música que sale de los bares. Con el efecto de los cócteles, nosotros estábamos mas en el ambiente festivo que en el modo zen, así que nos pareció divertida. Y el sitio es bonito, en realidad en toda esta zona turística siempre hay un esquinita que ver, muy bien decorada con el estilo local.
Así la tarde comenzó a caer, y qué cosa buena se puede hacer en Playa del Carmen?, pues disfrutar de la Happy Hour. Entramos a un restaurant que había visto en un programa en la tele, que honestamente es muy bello, se llama Aldea Corazon y esta situado sobre un cenote, el interior del restaurant es completamente abierto como si estuviese en medio de un pedazo de selva, hasta el baño parece que surgiera medio de la naturaleza, de verdad en lugar para disfrutar. No era hora de comer, así que nos sentamos en el bar a disfrutar de una piña colada, y renovar nuestro efecto de borrachera tropical.
***** NUESTROS CONSEJOS *****
Antes del viaje
- Como siempre decimos, dentro de lo posible hay que escoger la temporada baja para visitar un lugar. Nosotros escogimos diciembre porque teníamos planeado pasar navidad con nuestra familia en USA. Sin embargo nos dimos cuenta que el alojamiento no costaba igual si hacíamos el viaje antes o después de las fiestas. Costaba menos antes, así que por eso lo hicimos en esas fechas. Si no hay restricciones siempre hay que ver los precios de alojamiento antes de escoger las fechas de avión.
Durante el viaje
- Para cambiar el dinero en México, al menos en la Riviera Maya, la mejor opción no es el aeropuerto. El mejor cambio lo obtendrán sacando dinero de un distribuidor automático o simplemente cambiando en la caja de un banco. Las comisiones no son muy altas y el cambio es el real.
- Atención si deben ir al banco un sábado. Los bancos trabajan hasta las 2pm y todo el mundo se vuelca a hacer las transacciones en ese horario. El banco esta a tope de gente, y muy probablemente dejen los distribuidores automáticos sin dinero.
- Para comer, traten de preguntar cuales son los lugares populares, a donde va la población local a comer. Se toparan asi con llenos de color regional, con comida seguramente exquisita y con precios muy bajos. Eso no impedirá darse un gusto en buen restaurant que tendra precios muy similares a la media europea.