Las Bahamas: Nassau y Eleuthera

Las Bahamas un archipiélago paradisíaco en el caribe. Estas tierras que toman su nombre, de dos palabras en español: baja mar; encierran tesoros no descubiertos, paisajes solitarios y salvajes, y una gente que les hará regresar a los tiempos de antaño. Aquí les dejamos nuestra visita de una semana a un par de islas de las Bahamas: Nassau y Eleuthera.

Cómo llegar a Las Bahamas desde Florida

Este viaje lo hicimos aprovechando uno de nuestros viajes a Miami. Es muy fácil ir desde allí, existen una gran cantidad de vuelos tanto a Nassau como a algunas de las islas.

Se puede partir desde Fort Lauderdale o desde Miami, depende de la línea aerea que hayan privilegiado. En nuestro caso partimos desde Fort Lauderdale porque escogimos la línea low cost JetBlue, que debemos decir que nos gusto muchísimo y dista de ser el tipo de low cost tipo Ryanair; hay mucho más servicio y no hay que pagar por cada respiro que se hace desde que se compra el billete.

El vuelo dura apenas una hora y en poco tiempo se encuentra literalmente sumergido en la variedad de azules de las Bahamas.

La isla principal de las Bahamas : Nassau

La llegada al aeropuerto ya es de por si una bienvenida a las vacaciones, música y videos de las maravillosas playas mientras se hace la cola de la immigración, que más se puede pedir (un coctelito??).

La immigración es muy moderna, igual que todo la estructura en la que se llega, luego cuando se sale es otra historia, es solo menos moderno, pero es siempre un lugar hermoso. Millones de personas te vienen encima con carteles de hoteles y nombres, nadie viene por nosotros así que nos buscamos la vida, o mejor dicho nos buscamos un taxi.

Rápidamente nos encontramos ya en la vía que nos lleva al hotel sin gran problema, ya en el camino vamos admirando la costa y los colores maravillosos.

En menos de media hora llegamos al hotel, teníamos reservación en el Sheraton de Cable Beach actualmente Meliá Nassau Beach , lo escogimos por 2 cosas, porque leímos que Cable Beach era muy bonita, que era fácil tomar un bus justo enfrente que llevaba al centro, y porque tiene un mercadillo donde ver artesanía, comer o beber, al lado de esa parada. Todo a menos de 2 minutos.

Solo dormiremos aquí una noche, al dia siguiente nos vamos a Eleuthera. Así que a disfrutar de la playa y alrededores, aunque luego volveremos aquí por un par de noches al regreso.

La playa es bellísima, aunque el clima un poco menos, esperabamos que hiciese más calor, apenas mojamos los pies y nos instalamos a hablar en las tumbonas a tomar el sol mientras admirabamos aquel lugar. En la conversación decidimos de ir a explorar el centro, y para ello tomaremos el autobús que en las Bahamas le llaman jetney.

El viaje en autobús fue genial, la gente es súper folclorica y espontánea, durante un viaje esto siempre resulta divertido. Todo el mundo habla con todo el mundo, todos piden al chofer de parar cuando ven a alguien que pide el autobus y el chofer no lo ha visto, hay alguno que se baja a ayudar si vienes con paquetes, en fin, toda una amabilidad que uno olvida viviendo en una ciudad.

Al son de Bob Marley ( no es cliché que escuchan reagge, es la pura verdad) llegamos al centro. Empezamos a buscar donde podiamos comer. Terminamos comiendo en un Subway, el centro está lleno de fastfoods, joyerías y tiendas de souvenirs. No es muy bonito, y esta lleno de turistas de los cruceros que terminan sus compras desenfrenadas antes de volver a sus barcos. El centro de Nassau es la expresión del turismo de masa a ultranza, nada de lo que vinimos a buscar a las Bahamas. Es el lugar donde llegan los cruceros y en esos momentos se pone aun peor.

Luego de dar una vuelta y comer algo en un fastfood, no encontramos ninguna otra cosa interesante, decidimos regresarnos y que tomaremos algo en el bar del hotel. Tomamos el bus de nuevo de regreso, nos dirigimos al bar directamente, donde disfrutamos de unos auténticos cocteles bahama mama al son de la música local en vivo, nada mal, al final regresarnos nos salió bastante bien. No alargamos mucho la estancia en el bar porque al día siguiente había que levantarse a las 5 para irnos a Eleuthera.

Conociendo Eletheura, una de las tantas hermosas islas de las Bahamas

Al día siguiente nos levantamos sin problema, inclusive antes de las 5, aún tenemos el efecto del jetlag. El día anterior nos pusimos de acuerdo con el taxista que nos trajo al hotel para que nos recogiera. Cuando bajamos ya nos estaba esperando, hicimos el checkout y via al aeropuerto.

Esta vez nos tocaba el aeropuerto nacional, muchísimo menos moderno, sin aire acondicionado puede llegar a ser un infierno de calor, aquí se viaja con turistas internacionales y mucha gente local que se mueven entre las islas.

No hay muchas indicaciones, uno se debe encontrar camino preguntando. Luego de registrarnos, nos encontramos poco tiempo después en la sala de espera. Allí todo es confusión, llaman a los pasajeros muchas veces a pulmón , y todo el mundo parece saber que hacer sin las típicas indicaciones de aeropuerto, los embarques se ven bastante fluidos. Así llegamos al nuestro, yo temía tener que subirme en un avión super pequeñito, menos mal que al final el avión no era tan pequeño.

Viajamos con Bahamas Air quien se encarga de los vuelos entre islas, no es muy caro, y esto permite de ahorrar tiempo con respecto a los trayectos marítimos.

Nuestro vuelo hizo una parada en el aeropuerto norte de Eleuthera que es una isla super estrecha y larga, nosotros estaremos más hacia el centro, y por tanto nos bajamos en el siguiente aeropuerto. Como si de un bus se tratase, hay gente que baja y otra que sube al avión al mismo tiempo, aqui se rien de los controles de seguridad y todas esas normas de no portar liquidos.

En unos diez minutos más llegamos a nuestro destino, al salir del aeropuerto que tendrá apenas unos 100m2, encontramos rapidamente un taxi. Le explicamos al señor a donde ibamos y toma el camino. Vamos boquiabiertos viendo los colores del mar, aqui es muchísimo más bello que en Nassau y ya ahí nos había impresionado. Pasamos por un pequeño pueblo y el taxista nos explica que allí hay una fiesta todos los viernes en la cual se come pescado; lástima que no nos quedamos hasta el viernes.

Nos alojamos en Pinneaple Fields, un condominio de vacaciones que alquila apartamentos. Tenemos un apartamento con una habitación, con una sala y una gran cocina. Esta todo super bien equipado, hasta se puede lavar y secar la ropa.

Al llegar el taxista nos conduce hasta la recepción,  espera a que nos registren y nos dicen que debemos esperar por el apartamento porque aún no esta terminada la limpieza, que podemos ir al bar a tomar algo, el taxista a todas éstas nos espera aún, ya que dijo: vayan a ver si esta abierto porque es algo temprano. El mismo taxista nos llevó en auto hasta el bar que estaba unos 300m más adelante. Nos dice que son 20 dolares pero nosotros tenemos solo billetes de 50$, nos dice que luego nos dejará el cambio en la recepción. Le dijimos ok, un poco atónitos, y nos decimos, puf! será que perdimos los 30$ restantes?.

Creo que la vista desde el bar nos hizo olvidarnos de los 30$, desde ahí se divisaba una playa infinita y de unos colores fantásticos, y lo aue era mejor aún, practicamente sola. En el restaurant, nos comimos unos buñuelos de Conch y una sopa de la misma cosa, todo exquisito, y adempas en medio de un ambiente bahameño genial.

Después de prácticamente haber olvidado el dinero que nos debían de vuelto. Al ir a completar el check-in puesto que ya era la hora que nos habían indicado, pues la chica de la recepción nos recuerda que el señor del taxi al que llamó por su nombre pero que no logro recordar, nos había dejado los famosos 30$. Creo que la vida en ciudad te hace olvidarte de las buenas costumbres, y del simple hecho de confiar en los demás.

Nos dieron la llave y nos fuimos caminando hacia el apartamento, alguien nos vió caminar por el borde de la calle y nos dijo que si queríamos nos llevaba hasta la habitación; vamos súbanse los llevo. Genial! otro gesto de amabilidad bahameña.

Así llegamos a la que sería nuestra casita en Eleuthera, un apartamento totalmente equipado, super limpio, y con una bonita vista y eso que estabamos en la última línea de casas. Qué mas se podia pedir?.

Cambio de ropa, y directo a la playa a disfrutar de esas aguas turquesas.

Tour por Eleuthera

Nos levantamos temprano y nos vamos de tour por la isla. El día anterior acordamos el alquiler de auto más express y extraño de nuestras vidas. El señor nos dijo que nos dejaba el auto estacionado con las llaves y que nos fueramos, cero revisión, cero contratos. Cuando lo entregamos? en la noche, en la mañana, cuando quieran. Al estilo Eleuthera, en confianza.

En auto nos dirigimos hasta la punta más al sur de la isla que es extremadamente larga. Fuimos a ver el lado caribe, y algunos pueblos pequeñitos (un conjunto de casas más que pueblos). Nos paramos en un supermercado local para comprar algo de lo cual improvisar un picnic y seguimos. Llegamos hasta Bannertown. Quisimos llegar hasta Lighthouse Beach, pero el camino no es el mejor, y estaba bastante mal con muchos arboles caídos, vestigios del paso de un huracán Sandy semanas antes. De hecho bastante vegetación se encuentra seca por el efecto del viento y agua del huracán.

Encontramos muy bonitas vistas, pero no mejores playas de la que ya tenemos frente a nuestro alojamiento, porque es simplemente espectacular. Por eso llegamos a la punta sur y nos regresamos para disfrutar de esa playa.

Nos arrepentimos de no haber tomado hacia la punta norte donde hay un puente que permite ver el caribe y el atlántico de cada lado. Se llama el Glass Window Bridge.

Al final de la tarde luego del baño, fuimos a disfrutar del atardecer lado caribe. Muy bonito, solo que de ese lado hay poco viento, y en cuanto empieza a caer el sol, los mosquitos te atacan literalmente. Tuvimos que correr al auto para evitar ser deborados por los mosquitos.

En todo caso, nosotros tuvimos preferencia por el lado atlántico de la isla, mucho más bonito, con oleaje ciertamente, pero muy discreto, más aireado, lo que permite de disfrutar de caminar tranquilamente por los kilometros de playa existentes durante el atardecer.

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