La Polinesia Francesa 2: Moorea
Cada isla de la Polinesia Francesa tiene mucho que ofrecer, pero Moorea creemos que ofrece la combinación perfecta entre montañas llenas de vegetación exótica y aguas de azules y turquesas insólitos. Una isla que nos cautivó por su gran belleza
23 de Noviembre de 2015 : Amanecer en Polinesia Francesa!…nos vamos a Moorea
Estamos cansados a pesar de nuestra siesta, nos vamos más tarde de lo que pensamos a la cama, son las 22h. Prácticamente estamos durmiéndonos en horario normal. A pesar de ello, eso no me impide despertarme a las 4h de la mañana, ni siquiera se asoma la luz del día, me pongo a hablar con mi mamá en américa latina vía whatsapps. Por una vez que para ellos es más tarde que para nosotros.
Así se me pasa el tiempo hasta que va asomando la luz del dia, veo como amanece y se activan los pájaros con sus cantos. Una belleza!! Que bueno para nosotros que aquí se haga de día tan temprano.
A las 5h00 los dos estamos ya despiertos y activos, nos da tiempo de vestirnos y esperar por la hora del desayuno haciendo uso de nuestra terraza . Hasta la 6 no sirven. Bajamos antes, caminamos un poco y se nos hace la hora.
Pensamos ser los primeros pero ya hay otros que sufren del cambio de horario y están activos a esta hora. El desayuno es un sueño, decoración tropical, flores y hojas en abundancia para decorar los platos de frutas que son ya bastante coloridos por sí solos.
El desayuno del IHG es super variado, hay platos asiáticos, boyería francesa, frutas en cantidad, café como lo quieras, platos fríos (ensaladas, pescado, quesos..) y calientes (los clásicos huevos, omelettes…). Nosotros tenemos el desayuno llamado continental que no incluye los platos calientes, pero con lo que tenemos nos va de sobra.
No es muy necesario pagar un adicional por el desayuno americano que incluye las omelettes y otros platos calientes. Pero como se dice, eso queda a gusto del consumidor!.
Después del desayuno, a la piscina, o más bien al Lagoonarium, quedamos tan agradados de este lugar que repetimos. El día está despejado, hace un tiempo excepcional. Podemos ver Moorea claramente en el horizonte.
Así pasamos la mañana entre el lagoonarium y la piscina con fondo de arena, bellisima. Realmente el hotel es para recomendar. Te da una excelente introducción a la polinesia.
Poco a poco se nos hacen las 11h, ya vienen por nuestras maletas. Hacemos check out y nos sentamos en el lobby a esperar por Tepu.
En menos de una hora estamos ya en el aeropuerto registrándonos. Habían dicho que eran muy flexibles con las maletas, pero sin embargo nos dicen que para volar entre Moorea y Bora Bora deberíamos tener solo dos maletas a registrar y cosas pequeñas de llevar en cabina. Nos aceptan sin embargo el carry-on, y nos decimos que en Moorea la meteremos dentro de una de las maletas grandes.
Para moverse entre las islas en Polinesia Francesa existe solo una solución en avión, se hace con Air Tahiti quien tiene el monopolio. Funciona con trayectos individuales o pass que incluyen varias islas. Mientras más lejos y más islas pues el pass es más caro. Pero en general es bastante interesante.
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Lee mi artículo Tips para planificar un viajae a la Polinesia Francesa
El vuelo a Moorea es ridículamente corto, cuando despega el avión ya te dicen de prepararte para el aterrizaje. Tomamos este vuelo porque formaba parte del pass avión que compramos.
Después de 10 minutos, ya estamos en el aeropuerto de Moorea, nos recibe un gran bullicio, paquetes que pasan delante de nosotros, personas en todas las direcciones. enseguida vemos a alguien que sostiene una pizarrita con nuestros nombres, nos dirijimos a él, rápidamente traza una línea sobre nuestros nombres y nos dice de dirigirnos a un stand que está justo a nuestra derecha.
Allí toman nuestros vouchers y nos dan el horario de las excursiones. Como consejo, verifica las excursiones en las que estés inscritos y ve que correspondan a las pagadas, a nosotros nos habían apuntada en otra, nos dimos cuenta porque la chica nos había indicado que el autobús salía a tal hora, y nos pareció raro, le preguntamos si el 4×4 se tomaba en otro lugar posteriormente, y nos dice, tienen el tour por Moorea en autobús….ey!, noo ,no, eso no es lo que pagamos, es la excursion 4×4. La chica hizo la corrección inmediatamente excusándose por el error.
Tanto el transporte como esta excursión la hicimos con Moorea Explorer y nos fué muy bien. Para los menos planificados o con sed de más aventuras, allí se pueden contratar en caliente esa u otras excursiones, pero corren el riesgo de no encontrar puesto dependiendo de la época del viaje.
El Sofitel Ia Ora Moorea
Al salir estaba el minibus que nos trasladaría al hotel, ya esperándonos. El trayecto es muy corto, llegamos rápidamente al hotel, el Ia Ora Sofitel, pasando antes por el Belvedere que veríamos al día siguiente. El hotel es muy lindo, el lobby un poco oscuro, mezcla de moderno y una que otro recuerdo de la arquitectura polinesia. Es menos pintoresco que el intercontinental de Tahiti, pero muy bonito.
Estuvimos algo desilusionados del recibimiento, te hacen sentar para hacer el checkin, no tuvimos el collar de flores, y debes llenar un formulario, y esperar mientras te dan un jugo de frutas. Al mismo tiempo te entregan una toallita refrescante cuyo olor de humedad nos pareció menos refrescante. Muy buena la intención pero el olor de humedad se nos quedó pegado a la nariz.
Nos entregaron la llave y nos indicaron que un graaan chico nos acompañaría en un carrito de golf hasta nuestro bungalow. Que emoción nuestro primer bungalow del viaje. Era en los jardines, habíamos reservado una noche en jardin y luego tres noches en bungalow frente a la playa.
Entrando al bungalow tuvimos una cierta decepción, o al menos yo tuve una cierta decepción de nuestra habitación. Le faltaba algo de mantenimiento al bungalow, el aire acondicionado lo habían cambiado o movido y quedaba la marca de la fijación del anterior. La ventana del baño dejaba pasar el viento porque estaba rota en el borde, el aire acondicionado no quería funcionar correctamente, la puerta del baño no cerraba correctamente.
En resumen pensamos, pero y todo lo de llegaste al paraíso, y el hotel magnifico donde está?. Nos fuimos a quejar a la recepción sobretodo del tema del aire acondicionado, nos imaginábamos mal pasar la noche sin aire con aquel calor.
Nuestra encantadora chica de la recepción (es irónico) nos mira con cara de qué hacen aquí?. Le explicamos el problema, dice que enviará a alguien y que esperemos, envía a alguien que hace la inspección más rápida sobre la tierra, y la amabilísima de la recepción nos dice que no entiende cual es el problema, que todo funciona de maravilla.
Le explicamos de nuevo, le damos la lista de detalles de mantenimiento del bungalow y le pedimos que si podemos ir directo al bungalow de la playa. Nooo, todo esta ocupado…nos sentimos o que nos tratan mal o que nos toman por locos…no entendimos mucho si era lo uno o lo otro…empieza a sabernos rara la llegada a Moorea, a pesar de los jardines lindisimos y la playa que nos rodea.
De regreso a nuestro ‘perfecto’ bungalow según la recepción nos decimos que será por una noche y que trataremos que esto no nos empañe nuestro viaje. Al llegar al bungalow, una chica francesa viene a hablar con nosotros y nos dice que ha sabido que algo no va con nuestra habitación, que lo mejor es que cambiemos de una porque sino tendremos un mal sabor durante toda nuestra estadía (cuanta razón tenía en sus palabras!).
Nos iba a mostrar un bungalow y no sé con cuales mágicas palabras entendió lo que yo había pedido inicialmente durante el checking, un bungalow jardin no muy lejos de la playa…no era tan complicado!. El bungalow era perfecto, se veía la diferencia en mantenimiento, era perfecto. Y la terraza con vista a la playa en el fondo, que más podíamos pedir?.
Ahora si sentíamos que nos trataban como reyes y acorde al esfuerzo financiero que hicimos. No queríamos grandes lujos, solo que la habitación estuviese limpia y bien mantenida. Aparte para evitar estarnos moviendo de un lado a otro,la chica nos dijo que nos quedaríamos allí durante toda la estadía porque era la misma tarifa que habíamos pagado. Genial!.
Nos apropriamos del bungalow como si fuese nuestra casa, nos sentimos muy a gusto. Realmente agradecimos el esfuerzo por querer satisfacer al cliente, que demostró esta chica francesa que era responsable de alguna cosa, no retuvimos su nombre, qué lastima!. En ese momento dimos pitazo de inicio a 4 días fabulosos en Moorea.
Nos cambiamos inmediatamente y fuimos a disfrutar de la playa, lo bueno de la polinesia es que no necesitas mucho sol para bañarte, el agua siempre está a la temperatura perfecta y siempre hace un calorcito agradable (o a veces un poco menos agradable!).
En la playa disfrutamos sin problemas del snorkel, hay patatas de corales por todos lados, y están llenas de pececitos de colores. Bañándonos del otro lado de la playa, frente a la piscina del hotel, vemos nuestra primera raya leopardo. Que emoción como se movía!.
Moorea 4×4 Tour: entre bahías y mágicas montañas
Nos levantamos temprano, hoy hay excursión, nuestra primera excursión organizada con Moorea Explorer. Después de desayunar, dar de comer a la infinidad de peces que viene al muelle, y prepararnos, nos vamos al lobby para esperar por nuestro tour. Cuando llegamos al lobby, ya están esperando por nosotros. En la excursión seremos solo 3, casi que excursión privada. Somos nosotros dos y un chico canadiense de un tour operador.
Nuestras guías son geniales, Moana es super simpático y nos cuenta de todo durante la excursión, como somos poquísimos podemos hablar en cantidad con él, y hacerle preguntas sobre un poco todo, e ir más allá del clásico tour. Nos gusta conversar con la gente local, no hay mejor viaje que ese. Primera parada: el belvedere. Vemos nuestro hotel desde arriba y la magnifica playa que tiene de frente. Nos tomamos las fotos respectivas y seguimos nuestros camino a lo largo de la costa.
Moana nos explicó durante la parada en el belvedere cual sería nuestro itinerario. Será una jornada bien llena de cosas.
Bahía de Cook y Campos de Piñas
Del Belvedere vamos sin hacer nuevas paradas hasta la Bahia de Cook, que parece que no es la verdadera, sino todo un equivoco, del cual hay varias versiones. En Moorea la llaman también la Bahia de Pao Pao.
El paisaje es subreal, unas montañas imponentes que se alzan directo desde el agua. El agua de la bahía como un espejo, refleja el verde de las montañas. Simplemente magnífico. Ya casi acabando nuestra parada llega otro grupo, decimos que menos afortunado que el nuestro, porque ellos son como 10. Nosotros contentos de tener nuestro tour semiprivado.
Desde La bahia de Cook, nos adentramos en la isla para ver los campos de piña, pasamos algunos riachuelos. Nos paramos para escuchar la explicación sobre la manera como plantan las piñas y como las cosechan. Hay un silencio relajante, hace calor y la tierra parece transpirar. Nos nos quejamos porque el cielo esta súper despejado y nada mejor para esta visita.
De aquí nos vamos al centro del volcán que originó Moorea. El lugar es espectacular, da la impresión de poder ver la isla en un giro de 360° desde un solo punto. El centro del volcán es un mini valle rodeado de todos los picos de la isla. Se ve la montaña que tiene un agujerito, y la montaña donde está el belvedere, al cual iremos mas tarde. Nos explican que allí se filmó La revuelta del Bounty y pienso en esa gente en una época remota llegando a aquel paraíso perdido.
Nos vamos camino al Belvedere en la montaña, cruzando más campos de piña por doquier. Los paisajes van variando, pero siempre está onmipresente ese verde encantador y mágico.
Valle de Opunohu: Belvedere de las Bahías, y visita al Líceo Agrícola
Mientras vamos subiendo a la montaña la temperatura cambia, el aire se vuelve más fresco, y casi casi se siente frio, si frio, que cosa tan rara allí. Llegamos al tope, y lo que se ve es un espectáculo, el día nos regala una vista limpida con solo nubes altas, y un sol resplandeciente.
Podíamos divisar sin problemas las dos bahías con la montaña que las separa en medio. Todo súper nítido gracias a la limpidez del aire. El azul del pacífico contrasta con el verde intenso de las montañas. Me quedo un rato solo a contemplar el paisaje y a escuchar el silencio(suena raro pero es eso lo que hice) luego de hacer algunas fotos. Este momento y el de la montaña mágica, serán eso: mágicos.
Después del Belvedere bajamos hasta el Lycée Agricole de Moorea para una degustación de confituras y una pausa toilettes. No somos mucho de este tipo de visitas de consumo, pero realmente las confituras nos conquistan y terminamos comprando la de Pamplemouse, excelente, fue un descubrimiento. El pomelo de la Polinesia Francesa es realmente singular y exquisito.
El cielo se cubre un poco y tememos que la montaña mágica estará cubierta. Luego comprendemos que el clima en Polinesia es tan difícil de preveer como el futuro, todo cambia, y en el Pacífico todo cambia cada 10 minutos.
La Montaña Mágica
Nos encaminamos hacia la montaña mágica, al llegar a un lugar que parece la entrada de algo, nos cruzamos con otro 4×4. La chica le da instrucciones a nuestro guía, no entendemos mucho lo que se explican, no porque hablen en francés, sino porque no entendemos la idea.
Luego comprendemos que se decían que no había nadie en el camino. Difícilmente puede pasar un auto, ahora cuando se encuentran dos de frente ni idea de como hacen, y en ese momento aunque me hacía la pregunta, no lo quería saber.
La ruta es estrecha y sinuosa. Más se sube, más se inclina y más se vuelve difícil. A veces hasta miedo da, sientes que si el freno nos abandona no habrá mucha opción, salvo los rezos. Así llegamos a un espacio un poco más grande, y nuestra guía nos da instrucciones: ahora les toca una subida de unos minutos a pie. El se quedará en el 4×4, el otro guía que nunca habla sube con nosotros.
Dioooos, la vista arriba es increíble, se ve toda la bahía, con los colores que varían según la profundidad del agua del lagoon. Arriba no hay nadie, estamos solos. Damos gracias a dios que el cielo es límpido, que la luz es maravillosa y podemos ver a kilómetros de distancia.
Todo el susto de la subida vale la pena por esta vista. La vimos en tantas fotos, pero todo se queda corto con la sensación de estar allí, de respirar el aire que viene del pacifico, el sol intenso que quema la piel, la música del ukulele que se siente en lo lejano desde alguna casa, los barcos que circulan en la bahía. Atesoraré este momento por siempre.
Hacemos cientos de fotos, de vídeos, lo grabamos en nuestra mente. Luego nos toca bajar a pie, y a mi honestamente ya me preocupa la bajada en 4×4. Le pido a Moana que nos lleve despacito. En realidad la bajada estuvo tranquila y mas rápida que la subida, creo que no bajamos por el mismo lugar.
Ahora nos toca algo suave, menos aventurero, vamos a degustar licores…yujuuu!!. Vamos a la Fábrica de jugos de Tahiti. Donde hemos encontrado nuestro mejor amigo: el Tahiti Drink. Probamos varias versiones pero nos cautiva el original. Nos compramos uno porque nos decimos que debe ser genial servirse uno para pasar la noche en el bungalow. En el mismo negocio compramos té aromatizado con fruta de la pasión.
Había otras cosas que me hubiese gustado comprar pero los precios son algo elevados. Así acaba nuestro dia. La verdad fantástico!!.
Nos regresan hasta nuestro hotel, alrededor de las tres ya estamos de regreso. Hace calor, solo pensamos en ponernos el traje de baño ya darnos un bañito en la playa. Tan rápido como lo pensamos lo hacemos. El agua parece esperarte siempre a la misma temperatura. Me he bañado en el caribe infinidad de veces y nada comparado con esto, la temperatura es siempre perfecta.
Como toda vacación perfecta, mientras nos bañamos discutimos donde vamos a cenar hoy. Nos decidimos ir fuera del hotel, ya que la cena en el mismo no nos cautivó. Nos decidimos por el Moorea Beach Café, ya habíamos leído las opiniones y nos parece que es buena elección. Luego del baño vamos a la conserjería para que nos ayude a reservar; hecho!!. Nos recogerán a las 19h00 en el lobby del hotel.
Pausa información: La mayor parte de los restaurantes en Moorea pueden recogerte en tu hotel gratuitamente, o pagando una cantidad irrisoria. No es necesario pagar un taxi.
Nos organizamos nuestro aperitivo previo a la cena, tenemos nuestro súper coctél Tahiti Drink. En el bungalow tenemos todo lo necesario para tomarnos un drink y alguna cosa de picar de las que trajimos, mientras esperamos la hora de cena. Genial ver la tarde caer desde nuestra terraza en el bungalow.
Previamente hay que cubrirse de repelente de todo tipo, y adicionalmente poner a quemar algun antimosquitos. En nuestro caso encontramos uno tirado al lado de uno de los restaurantes y nos fué super útil. Sino les recomendamos que se lleven uno de casa, porque si quieren disfrutar de las terrazas será indispensable.
Nuestra cena en el Moorea Beach fué fantastica, copiosa, de buena calidad. Todo positivo. El sitio es muy bonito, al borde del agua. Se puede ver el atardecer desde allí y disfrutar de los peces que vienen a disfrutar de lo que tiran desde la cocina. La cena también permite ver toda clase de gekos en modo caza mosquitos. Hay que prepararse para ver estos animalitos por todas partes en Polinesia Francesa, y sobretodo en Moorea.
De regreso el tiempo es perfecto para hacer fotos nocturnas, y para ver la infinidad de peces que vienen a nadar y a cazar bajo los bungalows aprovechando la luz. De noche es posible disfrutar de un gran espectáculo de la naturaleza, hay muchísimos más peces y todos muy activos, con la iluminación es fácil contemplarlos sin necesidad de estar en el agua.
Excursiones en Moorea: Nuestra primera experiencia nadando con tiburones y rayas
Lo de levantarse temprano ya es costumbre, nos viene natural, aquí sale el sol temprano y todo empieza muy pronto. Hacemos lo usual, desayuno, y luego comenzamos a arreglar nuestras cosas para nuestra próxima aventura: los tiburones. Tenemos mucha expectativa sobre esto.
El día pinta bien, que bueno!!!. Vamos al lobby y luego de esperar un rato vienen por nosotros. Hoy seremos mucho más que la excursion de ayer. Pero igual disfrutaremos mucho. Nos llevan en bus hasta un embarcadero, allí nos subimos a un barco en el que esperamos algo de tiempo, entre tanto, tomamos fotos.
Luego de un cierto tiempo de espera nos vamos finalmente, nos explican algunas cosas sobre la bahía que ya sabíamos por nuestra visita del dia anterior, pero es bueno verlo desde el barco, mucho mas cerca las montañas se vuelve mas imponentes. Hoy nuestra visita sera en inglés y francés. Mas inglés que francés, el barco esta repleto de americanos.
Hacemos una parada para recoger lo que será nuestro almuerzo y nuestro aperitivo. Y tomamos rumbo hacia el lagoon que habíamos visto el dia anterior desde la montaña mágica. Esta se ve mucho mas bajita desde el Lagoon.
El agua es increíblemente transparente, los colores son mágicos, cambian según si el sol brilla o se oculta, pero es mágico. Hacemos una parada para ver los delfines, que bellos. El guía hace como si se sorprende pero estoy segura que sabe muy bien donde estaban . Es una familia completa, nos deleitamos a verlos hacer piruetas. Pero estamos relativamente lejos como para que nos permitan de hacer buenas fotos o vídeos. Sin embargo algo captamos.
Seguimos nuestro rumbo y finalmente llegamos a donde nadaremos con los tiburones. Allí el agua es insólita. Parece una piscina. Me encantan los colores, solo bañarse alli es un regalo, hacerlo con los peces y tiburones es simplemente indescriptible.
La bajada del barco es una confusión total, el guía ya está abajo y ya da de comer a las rayas, y hace gritar los turistas. La cosa no me entusiasma más de tanto, me gustan estas cosas pero a mi ritmo. Mi esposo ya está abajo y se aleja del bullicio para hacer mejores vídeos porque sino todo el mundo mueve la arena del fondo y dentro del agua se ve poco. El agua no es profunda, es posible estar de pie y disfrutar de los animales. Hay suficientes espacio para disfrutar del lugar sin necesidad de estar todos amontonados.
Como le dan de comer a las rayas, éstas se te puede venir encima pensando que les darás de comer, así que hay que evitar subir las manos para que no piensen que llevas de comer. Tampoco hay que hacer movimientos bruscos porque pueden asustarse.
No logré tocar la piel de las rayas, pero si la cola, que es super rugosa, la textura no es super agradable. Preferí los tiburones, verlos nadar cerca de ti con su elegancia única es fantástico. Parece que se sintieran dueños del lagoon y te lo hacen ver. No se acercan, solo te nadan alrededor y se van, a diferencia de las rayas que son curiosas. Demasiado para mi gusto.
En el lagoon hay también otros peces así que si logran alejarse de la gente que grita mientras se les suben las rayas, podrán disfrutar de un momento único. Me hubiese gustado que fuésemos menos, vimos que otras excursiones son menos numerosas. Una próxima vez preguntaré cuanta gente hay en el grupo de la excursión. Obvio que si se paga más el tour es más exclusivo. Hay para todos los gustos y bolsillos!!
Luego de este momento mágico, nos dirigimos a un motu. El clima comienza a cambiar pero por fortuna lo vamos dejando detrás, o nos persigue, en ese momento no lo teníamos muy claro.
En el motu disfrutamos del snorkeling mientras los organizadores preparaban nuestro almuerzo. El motu es una especie de islote bellisimo, hay cantidad de corales y nos deleitamos con los peces. Una raya se pasea tranquilamente, y logro verla de cerca más tranquila que cuando nos paramos anteriormente a alimentarlas. La captamos en foto sin problema, la raya hasta jugó con nuestra GoPro.
Justo antes del almuerzo, nos explican como se hace el poisson cru, tampoco es un plato súper elaborado, pero tiene sus secretos. En seguida el almuerzo será de antología, pero me serví más de la cuenta. A pesar de ser tanta gente la cantidad de comida es más que de sobra. Se puede hasta repetir, no pude terminar mi plato, para la felicidad de unos gaticos que estaban en el Motu. La comida súper variada: pescado y pollo a la parrilla, poisson cru, ensalada, arroz, fruta, coco. Cervezas y cócteles à volonté. Comimos tanto ese día, que ni siquiera cenamos.
Mientras comemos el mal tiempo que pensábamos haber dejado detrás comienza a acercarse al motu, aun se mantiene el buen tiempo de un lado y vemos las nubes negras acercarse del otro, lo que da una bella combinación. Nos dió el tiempo justo de comer y hacer alguna otra actividad antes de que las nubes comenzaran a descargarse sobre nosotros.
En ese momento agradecemos todo lo que hemos comprado para el viaje. Las bolsitas impermeables para los teléfonos y cosas que no pueden mojarse son indispensables. Las camisetas de hacer snorkel y los reef shoes también. No se vayan a Polinesia sin estos equipos. Los reef shoes son indispensables porque ninguna playa es de arena fina, hay muchísimo coral. Si son amantes del snorkel compren su propia mascara, las de los hoteles no son malas pero tienen bastantes limites, se empañan facilmente, y a veces el vidrio esta algo rayado.
De regreso al hotel, el tiempo ya había cambiado. El sol se había instalado de nuevo, nos damos un baño en la playa y nos sentamos a ver caer la tarde mientras contemplamos Tahiti a lo lejos, allí parece que llueve.
Después de una ducha nos instalamos tranquilamente en nuestra terraza del bungalow para disfrutar de nuestro Tahiti Drink y de los snacks que trajimos. Así en medio de una conversación, nuestro balance de la jornada, y de enviar mensajes con fotos a nuestras familias se nos hace la hora de dormir. Como podrán ver la televisión no figura nunca entre nuestras actividades.
26 de Noviembre de 2015 : Disfrutando del dolce far niente en el resort!!
Nuestro despertar es el habitual, después del desayuno disfrutamos dándole de comer a los peces en el muelle. La cantidad y variedad de peces que llegan es increíble, hasta peces globo logramos ver. Hay tantos que nos decidimos de hacer snorkel bien temprano en la mañana, el agua esta tranquila y cristalina.
Vamos a cambiarnos, que lástima que la GoPro no ha terminado de descargar las fotos, y que debemos irnos sin ella. La visibilidad es fantástica y vemos toda clase de peces. Encontramos una anémona preciosa y enorme con un par de ‘nemos’. Bellísimo.
Hemos estado algo más de una hora en el agua viendo toda clase de peces. A un momento dado mi esposo empieza a saltar y gritar, que susto me ha dado. Un pez payaso lo estaba persiguiendo. Después entendimos que este tipo de pez es territorial en ciertas épocas, y ataca a los que se acercan. No es un pez enorme ni particularmente peligroso, pero no me gustaría que sus dientecitos me mordieran.
Hoy pasamos el día entre la playa, la terraza del bungalow y el snorkeling. En principio habíamos planeado hacer kayak, pero al final no recuerdo por que no lo hicimos. La verdad estábamos algo cansados de los días anteriores en los que no habíamos parado de movernos.
Ese día queríamos ir al golf pero el día anterior nos informaron que cerró. Así que nuestra idea de jugar al golf mientras veíamos las bellas aguas del pacifico se esfumaron.
Esta noche decidimos de repetir en el Moorea Café, después de reservar fuimos a cambiarnos y de regreso nos vamos a disfrutar de la happy hour en el bar del hotel. En el camino nos enteramos que esa noche hay un buffet polinesiano (algo costoso) y entre otras cosas preparan comida con el horno tradicional, que en resumen son brasas en un hueco en la tierra que luego cubren con piedras calientes, hojas, tela, y tierra. Dejan la comida allí todo el dia y en la noche lo abren.
Hubiésemos querido estar para la apertura pero tenían retardo y tuvimos que irnos antes de la apertura. Esta misma cosa la hacen en el Tiki Village, pero no fuimos porque nos pareció un poco atrapa turistas.
Disfrutamos, sin embargo,de la preparación del poisson cru, y de nuevo demostración de cómo abrir un coco que ya habíamos visto el dia anterior durante la excursión.
Cuando regresamos de cenar la música continuaba, la disfrutamos todavía por una buena hora, el grupo musical era muy bueno. La noche era perfecta, el cielo clarísimo dejaba ver una luna super brillante. Me invadió una cierta nostalgia de saber que era nuestra última noche a Moorea y que dejábamos al día siguiente nuestro inmenso bungalow frente a la playa.
Por última vez en este viaje caminábamos de noche por la playa hacia nuestro bungalow. El ambiente era mágico y muy romántico, entendí por qué esta destinación es el top para las lunas de miel.
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